(29) No me vas a perder.

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Me quedé inmóvil, mirando a Michonne, Carl no había hecho nada, yo le había gritado y no le había dejado hablar por ser tan impulsiva.
Siempre es mi culpa...

-Hey, ¿porque sigues triste? ¡Alégrate! -Dijo Michonne.
-Le he gritado, no le he dejado hablar, es todo mi culpa.... -Sea como sea me sigo sintiendo una inútil.
-No seas tonta, era una escena comprometida y pensastes que había ocurrido algo, pero sabes que no, y que no está perdido. -Decía Michonne.
-Nosé, ¿y si esta cabreado? No he confiado en el cuando debía hacerlo. -Es verdad, no he confiado en él cuando el más necesitaba que lo escuchara.

Michonne respiró hondo y se acercó a mí para hablarme decidida.

-No es tarde, no lo suficiente como para dejar caer lo vuestro, así que sal de aquí, y vé junto a él, lo necesitáis. -Me dijo.

Puse una sonrisa cerrada antes de darle un cálido abrazo.

-Muchas gracias Michonne. -Dije.

Ella sonrió y besó mi frente, sin más, salí corriendo de ahí en busca de la persona sin la cual no puedo vivir y por la que fuí estúpida al dudar de su amor.

Mientras corría escuche unas voces familiares, provenían del jardín de la casa de Lydia, curiosa me acerqué con sigilo.

-Eres despreciable. -Escuché la voz de Carl.
-¿Has venido para decirme eso? -Escuché también la voz de Lydia.
-Ya puedes decirle la verdad, ¡dile lo que hiciste! La amo, y no pienso perderla....
-No lo vas a hacer. -No pude evitar salir de mi escondite, escuchar las palabras de Carl me volvieron a producir esa sensación que tanto añoraba.

Lydia quedó impactada y Carl sorprendido me miró y no tardó en poner una dulce y tierna sonrisa.
Me acerqué a él rápidamente y me abracé a su cuello, le abracé con fuerza a lo que el hizo lo mismo, escondiendo su cabeza en mi cuello, notaba su calmada respiración en él y eso me encantaba.
Alcé mi rostro para conectar nuestros ojos.

-Siento no haber confiado en tí ni dejarte hablar, fuí tán impulsiva. -Lamenté.
-Cualquiera habría pensado así, tú no tienes nada de culpa. -Dijo mirándome con ternura.

Junté nuestras frentes y no pude evitar centrar mi vista en sus labios, hice lo que tanto deseaba hacer, romper la distancia que había entre ellos y los junté fundiéndolos en un increíble beso, lo amo muchísimo.

-Te amo mi vida. -Susurró Carl al separar nuestros labios.
-Y yo a tí amor. -Dije mirándole como si no quisiese que eso acabase.

Pero no nos dimos cuenta de la presencia de Lydia y ella se hizo notar.

-Cof cof. -Intentó simular una tos.

Ambos la miramos, ¡¿Como se atreve después de lo que ha hecho....
Cerré mis puños con fuerza, iba a ir y a romperle la cara en mil pedazos.
La mano de Carl agarró la mía para que me relajara.

-¿Cres que merece la pena? -Preguntó cómo si supiera exactamente en lo que estaba pensando.

Suspiré, en el fondo pensaba que sí que debía hacerlo pero decidí hacerle caso a Carl, me relajé y tomé de vuelta su mano.

-Vamos a casa. -Dijo retirando un mechón de pelo de mi cara.

Yo asentí, pero no sin antes dedicarle unas palabras a aquella estúpida.

-Que sepas que eres un ser despreciable. -Dije y con una sonrisa me marche de la mano de mi novio.

Ni si quiera me dí la vuelta para ver su cara, tampoco quería saber nada más de ella.
Caminamos hasta nuestra casa, al parecer allí estaba Rick y también Michonne quien nos miró con una sonrisa satisfactoria.

-Me alegro de que todo vuelva a estar genial. -Dijo Rick, al parecer también se enteró.

Les dedicamos una sonrisa a ambos y les agradecí, subimos a la habitación, estaba cansada, apenas dormí anoche.
Aunque seguía sin agradarme que Lydia estuviera aquí, lo que hizo fue algo muy ruín.

-Debería de haberle partido la cara. -Dije insatisfecha.

Carl rió.

-No creas que yo no lo haría, pero al fin y al cabo no ganaremos nada con eso. Además, lo que más me preocupaba no era su maldita trampa, era el no tenerte porque no supieras la verdad. -Dijo.

Le mire con una tierna sonrisa, me arrepiento de haber desconfiado de él, pero estoy segura que jamás me volverá a pasar, al menos le escucharé antes de gritar.

Carl se acercó a mí y posó sus manos en mi cintura, yo enredé mis brazos en su cuello, besó mis labios con dulzura y delicadeza, ahora que siento de nuevo sus besos pienso 'Como pude llegar a dudar de estos sentimientos'.

El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora