(34) ¿Tu quieres?

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-¿Tu lo abrías hecho? -Fué su respuesta.
-¿Que? -Contesté confusa.
-¿Taylor, tu quieres hacerlo? -Preguntó firmemente.

En ese momento mi cabeza daba vueltas, muchas vueltas, ¿realmente quería hacerlo? Actualmente debo tener unos 15 años, y Carl 16, supongo que no importa que seamos jóvenes, pero, no puedo evitar tener ese temor.

-Esto.... Si, No, Nosé. -Decía confusa, me senté en la cama sosteniendo mi cabeza entre mis manos.

Yo no tenía ningún problema en hacerlo con él, pues estoy segura de que lo amo y el a mí, pero, soy tan insegura, mi temor es a no hacer algo bien o cagarla en cualquier momento, simplemente, miedo....

Sentí como Carl se sentó junto a mí y tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos.

-Tranquila.... No hay prisa por eso, esperaré lo que necesites, es algo secundario. -Dijo, sorprendida alcé mi rostro, le miré a los ojos, de nuevo me perdí en ellos.

Coloqué una pequeña sonrisa en mis labios, antes de que estos se posaran sobre los suyos, era tan perfecto y tán dulce, esto me tranquilizaba, esas palabras realmente me ayudaban.
Separé lentamente mis labios de los suyos, Carl posó su mano en mi mejilla con dulzura.

-Descansa amor. -Susurró, me recosté en la cama, noté sus brazos rodear mi cintura y me quedé completamente dormida.

Me desperté al parecer temprano, pues no había mucha luz, Carl estaba dormido como un tronco, besé su mejilla con cuidado y me levanté de la cama, fuí hacia el baño y me dí una ducha rápida, salí de éste ya vestida y me encontré a Carl recién levantado.

-Buenos días princesa. -Dijo con una sonrisa.
-Buenos días amor. -Dije de igual forma, besé rápidamente sus labios y se fué a duchar.

En apenas 10 minutos salió ya duchado y vestido, bajamos rápidamente y al parecer no había nadie, como era temprano pensé que no se habían despertado pero al ver por la ventana a Rick supe que me equivocaba.

Salí extrañada de la casa y ví a todos los habitantes de Alexandría e incluso a otros que no conocía armados con armas.

-¿Que ocurre? -Le dije a Rick.
-Ya están aquí los carroñeros, en un par de horas vendrá Negan, lucharemos y venceremos. -Informó.

Se me olvidó por completo que gracias a los carroñeros lucharemos por vencer a Negan y a todos sus hombres.

-Debéis prepararos vosotros también. -Dijo Rick. -Michonne está en la armería, id con ella. -Terminó.

Carl y yo sin dudarlo nos dirigimos a toda prisa para la armería, efectivamente allí estaba Michonne.

-Hey chicos. -Nos saludó.
-Hola Michonne. -Le saludó Carl.
-¿Venis a por armas verdad? -Preguntó.
-Si. -Afirmé.

Michonne asintió y tomó 1 metralleta y un francotirador, cargados y algunos cargadores más de repuesto.

-La metralleta para tí Carl, el francotirador para tí Taylor. -Nos informó, Carl y yotomamos las armas.
-Entonces estaremos en sitios distintos. -Dije.
-Si, lo siento, pero necesito a Carl abajo y tú Taylor eres de las que mejor putería tiene, así que estarás arriba con Lydia. -Me dijo.
-Genial. -Dije irónica mientra daba una patada en el suelo. -¿No hay más personas? -Dije disgustada.

Michonne negó.

-Lo siento, ella estará con tigo. -Dijo.
-Esta bien. -Dije sin opción.

Suspiré, si de por si esto no me gustaba tener que estar sin Carl y con Lydia aún menos.

-En 15 minutos debemos de estar todos en nuestros sitios. -Indicó.

Toda la gente comenzaba a dispersarse, estaba nerviosa y temía a lo que pudiera ocurrir, me alejé un poco para poder respirar tranquila, esto me traía un mal presentimiento.

Mientras estaba metida en mis pensamientos alguien tocó mi hombro.
Me giré y ví a Carl quien me miraba apenado, se acercó a mí y tomó mis manos mientras juntaba su frente con la mía.

-Tranquila, va a salir bien. -Me dijo.
-Pero no estoy con tigo. -Dije yo, eso era lo que más temía, no tenerle a mi lado.
-No te preocupes, vamos a derrotar a Negan y no te va a ocurrir nada, y si pasa algo iré enseguida, lo prometo. -Dijo.

Sus palabras pudieron aliviar un poco mi temor.
Pude desconectar por un momento de la realidad cuando sus labios tocaron los míos y ambos se unieron en un precioso beso.
Al separarlos le miré con una pequeña sonrisa a lo que el hizo lo mismo.

-¿Te he dicho que eres preciosa? -Dijo, sus imprevistas palabras hicieron que mi rostro se tornara rojo.

Agaché mi cabeza, después de 2 años sigo poniéndome tán roja como el primer día.

-Te amo. -Susurré.

Ya si que debía irme a mi puesto, así que sin ganas me despedí de él.

-Te veo luego mi vida. -Dijo Carl.

Yo asentí, dejé un corto pero dulce beso en sus labios y me dirigí a mi lugar.

El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora