El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'

(47) Solo tú puedes hacerlo.

-Ahora hablame de lo que me ocurrió. -Le pedí.
-Taylor, has sufrido un golpe en el cráneo y has perdido la memoria, apenas recuerdas nada cuando el apocalipsis comenzó. -Me explicó.

Un dolor de cabeza se apoderó de mí, yo estaba en este grupo y he perdido la memoria, todo....

-¿Y a quienes conocía? ¿Que relación tengo con ellos? -Preguntaba sin parar.
-Esas cosas debes averiguarlas tú. -Dijo, me dió un abrazo y susurró en mi oído la palabra 'suerte', sin más se marchó.

Salió de la habitación dejándome completamente confusa, no me dió tiempo a más cuando alguien entró rápidamente por la puerta.
Antes de poder reaccionar esa persona me abrazó con fuerza, sentí algo raro pero no le di importancia.

-Hey, estás despierta, mi vida... -Dijo tomando mis manos.

¿Que? ¿Mi vida? Le miré con la mirada perdida y confusa a lo cual pareció confundirle.

-¿Taylor? -Dijo.
-Perdona.... ¿Quien eres? -Dije intentando ser sutil.

El chico se quedó por un momento inmóvil, pude apreciar sus perfectos rasgos, espera no, retiré mi vista rápidamente, ¿que me ocurre?
Necesito recordar.

-Dime que esto es una broma, por favor... -Dijo con los ojos cristalizados.

Se le veía dolido, muy dolido.

-Yo...lo siento... -Dije cabizbaja.

Cerró sus puños y sus ojos con fuerza reprimiendo las lágrimas lo cual no funcionó pues logré ver como caía una por su mejilla, me sentía tán mal....

-¿Tu eres? -Pregunté preocupada, necesitaba saber quien era, quizás me ayude a recordar.
-Yo....Yo soy tu.... da igual, ya no importa. -Dijo y salió de la habitación.

¿Mi que?
Sinceramente se le veía destrozado, y eso me mataba por dentro.
¿Que se supone que debo hacer?

Me incorporé y me levanté de la cama, en ese momento entró el hombre de antes.

-¿Quien era él? ¿Que era para mí? -Pregunté desesperada, esto no me gusta.

Él bajó la cabeza.

-Ya te darás cuenta tú misma, debes hacerlo, solo tú puedes. -Me dijo.

Bufé, estaba harta de que nadie me dijera nada.

-¿Y tu quien se supone que eres? -Dije.
-Mi nombre es Rick. -Me dijo.

Volvió ese dolor de cabeza a mí, Rick...
Pero no lograba recordar.

-La doctora me ha dicho que puedes salir, ten cuidado. -Me dijo.
-Esta bien, gracias. -Le agradecí y me levanté de la camilla y salí de aquella habitación.

Salí de aquella enfermería, todo lo que había afuera era precioso, enormes casas, mucho ambiente, ningún caminante....

Una chica se acercó a mí.

-¡Hey Taylor! ¿Como estás? -Me preguntó.

Tenía el cabello lacio, largo y castaño, parecía mas o menos de mi edad.

-Esto...Bien, gracias. -Dije un poco confusa.
-Enid, Taylor no....no recuerda nada. -Dijo Rick.

¿Enid? Y otra vez el querido dolor volvió a mi cabeza.

-¿Que? -Dijo ella abriendo los ojos como platos.
-Creo que deberías ir a que te lo explique Maggie. -Le dijo.

Ella asintió, me dió una mirada de preocupación y se marchó.

Maggie también me daba esa extraña sensación, ¿porque siento como que todo me recuerda a algo pero no se a qué?

-Taylor. -Me llamó Rick.
-¿Si? -Contesté.
-Tu casa es aquella. -Dijo señalando una casa. -En ella vivimos Michonne, Carl y yo. -Me informó.
-Ok, gracias. -Le agradecí.

Ya que sabia cual era la casa en la que me alojaba me dirigí a ella, era muy bonita, nada mas entrar estaba sentada en uno de los sillones una mujer de piel oscura y katana a su lado, supuse que sería la que mencionó antes Rick 'Michonne'.

-Hola. -Saludé.
-Hey Taylor. -Dijo con un intento de sonrisa.

Agradecí que esta vez no me preguntara nada y subí las escaleras en busca de las habitaciones pero tenía un problema, ¿cual era la mía?
Volví a bajar las escaleras, Michonne me miró extrañada.

-Esto...¿cual es la mía? -Pregunté.
-Ah, la segunda puerta a la izquierda. -Me dijo.
-Ok gracias. -Dije con una sonrisa.

Subí de nuevo las escaleras y me dirigí a la habitación, abrí la puerta y me sorprendí cuando ví allí a el chico de antes, recordé lo que Rick me dijo, así que él es Carl....

Nos miramos por unos segundos, ¿me he equivocado de habitación?
Los ojos de Carl estaban ligeramente rojos e hinchados y su mirada no expresaba más que tristeza.

-Lo siento, creo que me he equivocado. -Dije a punto de salir pero me paró.
-¡No espera! No te has equivocado, esta es tu habitación. -Dijo, miré la cama, era una matrimonial. -Esto, yo me voy ya. -Dijo tomando sus cosas.
-¡No! Quédate. -Dije.

Sinceramente no se porqué lo dije, me salió solo...