(27) Cornuda.

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Notaba un cosquilleo en mi nariz, algo húmedo, abrí mis ojos y me encontré nada más y nada menos que a Snow lamiéndome la cara.
Con una pequeña sonrisa acaricié su suave pelo.

La puerta se abrió y entró Enid.

-¡Buenos días! -Dijo sonriente.
-Buenos días. -Dije tomando a Snow en mis brazos.
-¿Quieres desayunar? Hay tostadas. -Me preguntó.
-¡Claro! -Dije, no tenía mucho apetito pero comería igual.

Bajé junto a Enid hasta el comedor dije ya tenía preparado el desayuno.
Me senté en una silla al igual que Enid y comenzamos a comer.
Seguía con esa presión en el pecho que no me dejaba vivir.
Al parecer Enid lo notó.

-Taylor. -Me llamó. -Me gustaría saber porqué estas así, pero si no quieres hablar de ello.... -Dije apenada y comprensiva.

Cerré mis ojos y suspiré.

-Esta bien, te lo contaré. -Dije.

Le conté todo lo ocurrido a Enid, desde que llegué a Alexandría con Aaron, no pude evitar contarlo sin volver a caer en llanto, me siento tán estúpida.
Sé que no todo está hablado y terminado, supuestamente no hemos cortado con la relación, pero es como si él ya lo hubiera hecho...

-Tranquila... pasará. -Dijo abrazándome. -Y puedes quedarte aquí el tiempo que quieras ¿si?
-Muchísimas gracias Enid, por todo. -Le agradecí.

Terminamos de comer y Enid me sugirió salir para despejarme un poco, no muy convencida acepté.
Enid me dejó algo de ropa suya para cambiarme ya que no me traje nada, más que mis armas y mi mochila.
Me cambié rápidamente, eran unos Jeans negros rajados y un Jersey verde.

Salimos de la casa y comenzamos a caminar por las calles de Alexandría mientras charlábamos o Enid me contaba alguno de sus chistes.
Todo iba bien, por un momento pude despejarme y pensar en otra cosa que no sea él.
Hasta que se apareció alguien, la persona que menos quiero ver o me lanzaría a pegarle sin parar.
Lydia.
Estaba en el porche de su casa con una estúpida sonrisa, ~Pasa de largo~ ~Ignórala~ me decía para mí misma.

Caminé nerviosa intentando controlar mi rabia, parece que lo conseguí pero unas palabras me hicieron pararme en seco.

-Vaya, la cornuda. -Dijo la muy cerda.
-¡Que me has llamado! -Dije girándome bruscamente.
-Cor nu da, ¿Te lo repito? -Dijo riéndose de mí en toda mi cara.

Enid me tomó del brazo con fuerza impidiéndome ir.

-¿Tiene que agarrarte tu amiguita? Que patética. -Decía.
-¡Suéltame Enid! -Le ordenaba pero no me hacía caso.
-¡Cálmate! -Me dijo Enid.

Intenté respirar, verla a pocos metros de mí me ponía enferma.

-¿Sabes? ¡No veas como besa! ¡No había besado nunca antes a alguien así! -Eso fué lo que me faltó para soltarme con fuerza del agarre de Enid y ir hacia ella.

La tomé de la camiseta y su espalda dió con la pared.

-¡Taylor, sólo te está provocando! -Dijo Enid.

Mi vista estaba concentrada en la cara de aquella asquerosa.

-Lo bueno fué que no tuve que pedírselo, se tiró a mis labios como un perro. -Sus palabras me estaban matando por dentro, pero no iba a llorar, no delante de ella.

Con rabia alcé mi puño dispuesta a darle de una vez por todas y callarle la maldita boca pero cómo no, algo me volvió a interrumpir, y esa voz me dejó aún más impactada.

-¡Lydia, deja de decir mentiras Joder! ¡Nada de eso ha pasado! Por culpa de tus mentiras y líos la he perdido. -Carl...

Enid, Lydia y yo nos quedamos impactadas mirando a Carl, solté a Lydia quien no parecía tan sorprendida como yo.
¿Que ocurre? Eso que ha dicho.... ¿Es cierto? Mi mente está muy confusa ahora mismo.

-Por lo menos yo te digo la verdad. -Dijo Lydia, me dió una palmadita en el hombro y se encerró en su casa.

Me quedé inmóvil, en el sitio, no sabía que hacer, que creer o que pensar.
Me atreví a girar mi vista, miré a Carl, no tardó en mirarme a mí también.
Su mirada estaba destrozada, y sus ojos no brillaban como antes.

Quería correr a abrazarlo y besar sus labios de nuevo, pero no lo haré, ¿y si es cierto lo que pasó? No pienso ser estúpida, te amo Carl, pero, me has hecho daño, mucho daño.
Bajé la cabeza, quería marcharme me allí, dí un paso cuando me llamó.

-Taylor...

El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora