El amor no es siempre de sangre. /2ªTemporada 'No es más que un Apocalipsis'

(37) Hoy no es ese día.

Abrí mis ojos como platos, no, no, no, no...
No iba a dejar que eso pasara, no podía.

Hombres se acercaron a nosotros, dos de ellos agarraron a Rick, otros dos a Michonne y otros a mí.
Negan colocó a Carl delante nuestra y de espaldas, las lágrimas ya caían por mis mejillas desesperadas, me dolían los brazos de la fuerza que ejercían los salvadores que me sujetaban.

Negan se pudo detrás de Carl y preparó a Lucille.

-¡No, no, no! -Intenté gritar.
-Shh, cierra el pico, o será más doloroso. -Me dijo Negan.
-¡Te voy a matar! -Grité.

Negan sonrió.

-Se ve que no te asusta nada, siempre enfrentándote ¿Eh? Pues haber si te asusta esto. -Dijo y dirigió si bate a toda prisa a la cabeza de Carl.

Antes de que el bate le tocara un enorme tigre se abalanzó sobre un salvador, me quedé en shock por un segundo, después comenzaron a salir personas a caballo, uno iba delante y pude divisar a Carol y a Morgan detrás.

-Puede que algún día esto termine, esto acabe, pero hoy, hoy no es ese día para Alexandría, el Reino y Hilltop nos reunimos para recuperar lo que es de cada uno. -Gritó el hombre.

Ví a Maggie y a Jesús también, una sonrisa se formó en mis labios, esto es increíble.
Algunos carroñeros lograron escapar al igual que otros salvadores, pero otros no.

Intenté buscar a Negan con la mirada pero cuando lo divisé ya era tarde, escapaba en su camioneta.

Maldije para mí misma, en apenas segundos ya no quedaban salvadores ni carroñeros, todos habían muerto o escapado.

Suspiré cansada, miré a Maggie y fuí corriendo a abrazarla.

-¿Sabes? Eres una auténtica salvadora. -Dije riendo.
-Sigo intentando ser tán fuerte como tú. -Dijo abrazándome.

Ví a Daryl quien se quedó impresionado al ver a Carol, sinceramente yo staba igual hacía bastante que no la veíamos.
Salió corriendo a abrazarla mientras aguantaba las lágrimas en su hombro, Carol besó su frente con dulzura, me miró y se acercó a mí.

Me abrazó con fuerza.

-¿Donde has estado todo este maldito tiempo? -Dije devolviéndole el abrazo.
-Te parecer tanto a Daryl. -Dijo riendo, haciendo que yo también lo hiciera. -Estuve en un grupo llamado El Reino, gracias a ellos y a Hilltop pudimos salvaros. -Dijo.
-Gracias. -Dije con una sonrisa.

Los demás también saludaron a Carol muy contentos al igual que a Maggie y a Morgan.
Ví que el tigre que salvó a Carl se fué junto a uno de los hombres que vino en caballo.

-Él es Ezequiel, es el rey, nuestro líder en el Reino. -Dijo Carol. -Llevan una vida modo Edad Media, con Rey y Reino. -Me explicó

Me acerqué y le saludé con una reverencia, hacía tiempo que no hacía eso pero me resultaba gracioso.

-Muchas gracias, alteza. -Agradecí.
-Puedes llamarme Ezequiel. -Dijo.

Ví como acariciaba a aquel tigre.

-Wow, es increíble. -Dije acercándome para acariciarle, aunque alguien me tomó de la mano, era Carl.
-¿Estas seguro? -Dijo sorprendido e inseguro, como si de una loca me tratase.
-¡Claro! -Dije riendo.

Dejé un corto beso en sus labios y me acerqué a aquel Tigre.

-No suele fiarse de nadie, ten cuidado. -Dijo Ezequiel.

Al decir eso me asusté y me detuve, pero el Tigre se acercó a mí, pensé que me atacaría o algo peor pero paso su lomo por mí mano en forma de caricia.

-Vaya, eso si que es extraño, con nadie es así, puedes sentirte privilegiada. -Dijo Ezequiel riendo.

Sonriente me puse de rodillas y mis dos manos comencé a acariciar su suave pelaje.

-Es realmente precioso. -Dije.
-Es hembra, se llama Shiva. -Me informó Ezequiel.
-Oh, encantada Shiva. -Dije con una sonrisa.

Ésta antes de que pudiera hacer nada me echó su enorme pata, reí a carcajadas, realmente pesaba.

Después de conocer a los habitantes del Reino, algunos comenzaron a volver a poner Alexandría como antes.
Rick estuvo hablando con Ezequiel en casa de Dianna.

De repente noté que unos brazos rodean mi cintura.

Cerré mis ojos y tomé sus manos para entrelazarlas con las mías.
Me giré para quedar en frente de él, de mi chico, de mi vida....

Acerqué mis labios a los suyos y sentí de nuevo sus suaves labios sobre los míos, sus manos se sostuvieron en mi cintura mientras que las mías se apoyaban en sus hombros, noté su lengua unirse con la mía y nuestras respiraciones chocantes.

-Te amo, más que a nadie. -Susurré.
-Y yo a tí, mi amor. -Susurró.