Narra Joaquín:
Lo mejor fue dejar las cosas tranquilas, y eso hice, no quería molestarla más. Pero dentro de mí algo me pedía a gritos que insistiera.
La fatalidad me invadió cuando supe que estaba de novia; que le había dado la oportunidad a alguien más. Y no había sido yo.Ahora si sentía que las horas de vuelo habían sido en vano, que todo era una causa pérdida.
Esa voz no se callaba, gritaba, gritaba.
No la dejes ir.
¿Qué debía hacer?
Lo comprendí al otro día, lo que significaba que había desperdiciado 24 horas.
Le mandé varios mensajes aunque era un poco obvio que no respondería.
No quería interrumpir su práctica de sábado así que por la tarde salí de mi apartamento con una sola idea fija: recuperarla.La busqué en la cafetería, pero no estaba ahí. Luego fui a su casa y su hermana, volvió a decirme lo mismo que el día anterior, que no estaba y que había dejado su teléfono. Entonces, repetí lo que hice el día anterior.
Directo al invernadero.
La puerta estaba abierta, así que entré. Ahí estaba. Me miró de reojo; suspiré más tranquilo cuando vi que no reaccionaría mal.
La planta que le había regalado estaba sobre la mesa; ella le cortaba las ramitas secas y las hojas marrones.
—¿No entendiste lo que te dije ayer?— empezó a hablar.
—Bueno, ¿Por qué dejaste la puerta abierta si sabías que podía pasar?—La dejé sin nada que decir, me acerqué unos pasos y ella continuó haciendo lo suyo.—Maca, de verdad me pasan cosas con vos.
—¿Y con la tal Desire?—ahora ella me dejaba sin palabras a mí.
Bajé mi mirada, muy avergonzado. Nos quedamos unos minutos en silencio, no sabía que decirle. Así que aproveché a contemplar la perfecta imagen que ella me brindaba.
—El tronco está torcido, tiene ramas secas. Es una planta horrible.— Dijo sin mirarme.
—Pero la flor es hermosa...— No hablábamos de la planta.
Dejó lo que hacía y me miró. Su ceño arrugado y su expresión de molestia se disipó, presionó sus labios y me miró con tristeza. Odiaba ser yo el causante de eso.
—No sé que hacer—. Susurró.
—Yo tampoco.
Me acerqué a ella sin temor alguno y la atrapé entre mis brazos, la abracé como debió ser. No dejaría que se escape. Se sentía tan bien su calor, el palpitar de su pecho. Me sentí en las nubes cuando poco a poco sus manos fueron subiendo hasta abrazarme. Cerré mis ojos y me completé con su perfume a flores.
No quería dejarla. Pero necesitaba ver el reflejo de sus ojos.
—Te extrañé...—Mis manos fueron a acunar sus mandíbulas.
Rena me miraba. Sin decir nada, y me preocupó un poco, pero me relajé cuando ocultó su rostro en mi pecho. Besé su pelo y luego acomodé mi mejilla sobre él.
—¿Por qué no me escribiste?—preguntó en voz baja.
—Porque soy un boludo, un gil.— Era la verdad.
Sonrió sin mostrarme los dientes. Ahora si podía, esa era la señal que esperaba para poder saciar mis ganas de besarla.
Me acerqué paulatinamente hasta que nuestras bocas se unieron calmando la sed de hace tiempo. Apaciguando las ganas que me devoraban la cabeza.
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Unreal | Joaquín Correa
Fiksi PenggemarPorque todo lo que viví fue Irreal. 『♕;;🌙』NC-17 『♕;;🌙』Fecha original: 21/01/18