XX: Perrín

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XX

-¡Avanza, Dylan! ¡Llegaremos tarde!-grita Amalia desde la puerta con el bulto de Camila en el hombro, su maletín en su mano y a la niña en su otro brazo.-¡Ya Lorna está en el auto!

-¡Voy!-grita la voz de Dylan desde el baño.

Amalia rueda los ojos y se encarga de salir con dificultad de la casa para llegar al auto. Allí, Lorna la ayudó a sentar a la niña en su asiento de seguridad mientras ella guardaba las demás cosas.

Dylan salió a los minutos apurado por la puerta y las alcanzó en el auto. Entró y se sentó en la parte trasera con Camila, ya que Lorna estaba de copiloto.

-Buen día, damas-dice Dylan con tono ridículo.-Hoy es mi primer día como modelo, ¿que creen?

-Qué se te están subiendo los humos muy rápido, señorito-dice Lorna riendo desde su asiento.

-¡Papi!-se escucha la tierna voz de Camila, y Amalia logra ver por el retrovisor como extiende sus brazos hacia él.

Dylan toma una de sus pequeñas manos, y deposita en ella deceneas de besos, mientras la niña ríe. Amalia no pudo evitar sonreír.

Dieron un viaje, que en realidad debería de tomarles una media hora, pero debido al tráfico se extendió a dos horas. Dos largas horas en que tuvieron que soportar las preguntas de modelo novato de Dylan.

-No vas a hacer nada difícil, Dylan. Relájate-dice Amalia en un intento por hacer que se callara.

Ya estacionados frente al enorme local donde se celebraría el desfile, todos se bajaron del auto, incluyendo a Camila que iba dormida en el hombro de Dylan. Él siguió a las dos mujeres, mientras ellas se ubicaban en su area de trabajo.

Habían cuatro enormes salones con pasarelas en proceso de montaje, pero una de ellas, era la más grande y lujosa. En la que Dylan desfilaría.

-¿Tengo que caminar por ahí?-pregunta él en voz baja a Amalia al ver la enorme pasarela llena de luces y repleta de sillas blancas a su alrededor.

-Así es-sonríe ella, burlonamente.-Bien, este es el backstage. Ya hay algunos de los modelos por ahí. Te quedarás aquí en lo que comenzamos el ensayo. Pondré el corral de Camila por ahí igual-ordena Amalia.

Dylan le hace caso y busca una silla y un espacio cómodo para sentarse. Amalia tomó de las manos de Lorna el corral que ella cargaba, y lo abrió para colocarlo en un área cerca a donde Dylan estaría.

Amalia salió luego con unos documentos en mano a dar ordenes a todos alrededor. Dylan simplemente se mantuvo sentado, utilizando su celular y vigilando de vez en cuando a Camila por si se despertaba.

Poco a poco fueron llegando muchas mujeres extremadamente altas y delgadas, seguidas por hombres musculosos, muchos con gestos muy afeminados. Se fueron acomodando cerca de donde él estaba, y no tardaron en acercarse a él.

-¡Hola!-mencionó uno de los modelos que venía con otros dos.-¿Qué tal, lindo?-le lanzó una guiñada.

Dylan no sabía que hacer. Nunca un hombre le había lanzado una guiñada en su vida. Él solo sonrió nervioso.

-Hey-dijo él nervioso.

-Tú eres el del editorial que salió hace poco, ¿no? Nunca te habías visto por aquí. Una pena, eh-dice otro, acercándose demasiado a él y poniendo una mano en su hombro.

Dylan se puso tenso al sentir el contacto.

-Si. Fue un golpe de suerte, chico. De la nada llegar a esta pasarela. Pero más suerte tenemos nosotros en poder disfrutar de esta belleza-contesta el tercero.

Viviendo Bajo el Mismo Techo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora