XXVIII
Se encontraban Amalia empujando el coche de Camila junto a Lorna, Armando e Ismael, un compañero de trabajo. Estaban en el parque en una de las actividades mensuales que se hacía para los niños. Camila estaba emocionada y no paraba de mover sus piernas e intentar escaparse del coche.
-Al parecer le gusta mucho las piscinas-comentó Ismael mientras la observaba sin detener el paso.
-Le gusta demasiado el agua-apoya Amalia.
Llegaron a una de las muchas piscinas para bebé que tenían dispersas en el parque, sacaron todos sus sillas de playa y se acomodaron alrededor. Amalia se encargó de sacar a Camila del coche y ponerle su protector solar, a pesar de las quejas de Camila.
-¡Agua! ¡Mami! ¡Piscina!-insistía.
-Ya, Cami. Ya mismo vamos al agua-la tranquilizó Lorna, mientras pasaba un nivel de Candy Crush en su celular.-¡Si! ¡Te pasé Armando!
-No por mucho, Lorna. Quítate la corona-contraatacó Armando.
Ismael rodó los ojos.
-No puedo creer que todavía en el 2018 ustedes jueguen Candy Crush. Eso pasó de moda desde hace como un siglo atrás.
-Cállate, Ismael. Ese recorte que llevas pasó de moda hace años y nadie te reclama nada-dijo Lorna en forma divertida y todos reimos, incluyendo a Ismael.
-Me siento muy ofendido. Nunca me esperé algo así de ti, Lorna-fingió un llanto.
Entre todos rieron, y siguieron la conversación hablando de cualquier tontería. Querían despejar su mente de cualquier obligación.
Amalia sentó delicadamente a Camila en la pequeña piscina que estaba frente a ellos, donde habían dos niños más y los dejó jugar. Se recostó en su silla y se unió a la charla de sus amigos.
-Miren a ese mujerón que está pasando por ahí-interrumpe la platica Ismael, a la vez que se quita sus lentes de sol y sigue de forma no muy discreta a una muchacha de piel negra con un hermoso afro.-Y su sentido de la moda está a otro nivel. Es demasiado hermosa.
-Ve y pídele su teléfono-alienta Armando.
-Claro que lo haré-dice Ismael mientras se levanta de su silla de playa y se encamina hacia la chica con un caminar de pasarela.
Todos estaban pendientes a como Isamel llamaba a la chica y le daba la mano de forma muy respetuosa. La mujer era preciosa. Su piel negra brillaba a más no poder, su cabellos rizo descontrolado iban decorado con un pañuelo, tenía unas enormes gafas muy en tendencia y llevaba un traje a las rodillas de estampado tropical. La verdad era que Ismael no tenía mal gusto.
Hablaron unos minutos, y ya todos se estaban cansando de esperar ver algo fuera de lo común, por lo que regresaron a su conversación. A los diez minutos, Ismael regresaba hacia ellos con una sonrisa triunfante y mostrando la pantalla de su celular.
-¡Lo tengo!-exclamó una vez se lanzó a su asiento.
-¡Tu si sabes ligar correctamente, hermano!-lo felicita Armando, dándole un saludo.-Bien, envíale tu nombre para que te anote y se recuerde bien de ti.
-Enseguida.
Los chicos se pusieron a discutir el próximo paso a seguir con Liza, la conquista de Ismael, mientras Lorna y Amalia se pusieron a sacarle algunas fotografías a Camila mientras jugaba y a enviarselas a Dylan.
La sesión de fotos de ambas chicas fue interrumpida por la risa de Armando y un grito de odio de Ismael.
-¿Qué pasó, chicos?-pregunta Lorna corriendo hacia donde ellos para ver de que se reían.-¡Amalia!-rió Lorna.
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Viviendo Bajo el Mismo Techo
Teen Fiction"Puede que no te parezca correcto, pero si tu corazón está tan acelerado como el mío en este momento, entonces continuemos". La muerte de sus mejores amigos le deja a Amalia y Dylan una sorpresa poco agradable. Y es que, si convivir con alguien que...