Montaña Rusa
(Historia de la presentación formal de Amalia y Dylan)—No te voy a acompañar. Siempre me dejas solo y te vas con Génesis—protestó Dylan, desbloqueando su celular con la intención de darle fin a la discusión con su mejor amigo.
Antonio puso sus ojos en blanco y le quitó de las manos el celular a Dylan de forma brusca, causando una maldición de parte de este.
—Quiero ir a la feria contigo también. No estaré con ella todo el tiempo. Podemos ir a jugar a la sala de videojuegos luego. No te pongas tan celoso—dijo Antonio en forma de chiste.
—No me pongo celoso, bebé—contestó Dylan siguiendo su broma.—Sé que prefieres mis encantos más que a Génesis—dijo levantando las cejas de forma pícara.
Antonio soltó una carcajada.
—¿Entonces? ¿Vamos? Ya compré tu boleto.
Dylan soltó un suspiro y asintió.
—Bien. ¡Pero no me dejes solo mucho tiempo!—exclamó él.—Le avisaré a mis padres.
—Ya yo les pedí permiso. Y obviamente me dijeron que si. Me aman más a mi que a ti—sonrió Antonio.
—No lo dudo...Una cosa más. Dime que no va la pelirroja aquella de la fiesta.
Antonio desvió la mirada y luego negó con la cabeza.
—No va. Génesis me dijo que estaba estudiando.
—Bien. Es la chica más pesada que he conocido—suspiró aliviado.
Antonio sonrió para si.
—Yo creo que es muy linda. ¿No te parece?
—Eso no le quita lo de molesta.
—¿Porqué dices que es molesta? Intercambiaste como 4 frases con ella únicamente—cuestiona Antonio.
—Exactamente. Y lo único que hizo fue joder y discutir por un asiento.
—Se lo quitaste descaradamente, Dy. ¿Qué esperabas? ¿Que no se defendiera?—rió él.
—¡Y tú estás de su lado! Pensé que eras mi amigo, eh. Da igual. La escuché hablando también y no me agradó nada—se encogió Dylan de hombros.
Antonio rodó los ojos.
—Bueno, el caso es que ella no viene. Y nosotros nos vamos ya a recoger a Génesis.
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Amalia estaba sentada con sus brazos cruzados en su pecho en el borde de la cama de su amiga, mientras Génesis estaba encima de ella tratando de ponerle un poco de polvo en el rostro y algo de mascara en sus pestañas.
—¿Puedes no pestañear tanto, por favor? Intento hacer que tus ojos verdes resalten, gracias—dijo Génesis molesta.
Amalia hizo caso a las instrucciones de au amiga, pero no tanto porque estuviera de acuerdo con su plan, si no porque no tenía intenciones de sufrir algún incidente en sus ojos que le afectara su visión.
—¡Listo!—sonrió Génesis, alejándose al fin de Amalia y viendo como había quedado su maquillaje.—Te ves preciosa. ¿No vas a decir nada?
Amalia alejó la mirada de su amiga y se mantuvo en silencio en forma de protesta.
—Deja el espectáculo, Ami.
Amalia, continuando con su huelga en silencio, decidió lanzarse a la cama y Génesis pegó un grito antes de tomarla por el brazo y sentarla nuevamente.
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Viviendo Bajo el Mismo Techo
Teen Fiction"Puede que no te parezca correcto, pero si tu corazón está tan acelerado como el mío en este momento, entonces continuemos". La muerte de sus mejores amigos le deja a Amalia y Dylan una sorpresa poco agradable. Y es que, si convivir con alguien que...