XXXII: Que te Vaya Bien

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XXXII

Amalia salía recién del baño y se sorprendió al ver a Dylan esperándola junto a la puerta. Ella se sobresaltó.

-Que susto, Dylan-dice ella llevando su mano al pecho.-Gracias por este rescate.

-De mucho-contestó él.

Amalia lo miró con los ojos entrecerrados y él puso una sonrisa burlona en sus labios, antes de seguir caminando. Regresaron a la habitación donde estaba Camila, y estuvieron todo el día junto a ella. Estaba la mayor parte del tiempo durmiendo o llorando porque le dolía el estómago, así que ellos se dedicaron a vigilarla y consolarla en esos momentos.

-Creo que estará aquí un buen tiempo...-dice Dylan.-¿Hasta cuando pediste libre en el trabajo?-pregunta con la niña en brazos.

-Hasta hoy, mañana me reporto. Se supone que regresábamos hoy en la tarde-responde mientras pasa la página de la última edición de la revista Refiné.

-Yo igual...Tendremos que hablar con Migdi para que se quede ella mañana. Si quieres ve a casa a cambiarte. Imagino que estarás incómoda...luego regresas y voy yo.

Amalia asintió e hizo lo que le indicó. Salió del hospital para ir a su casa a arreglarse. Allí habló con Migdi y le preguntó si podía quedarse con Camila durante el día de mañana. Ella aceptó y luego se fue a su casa a descansar. Amalia se dio una buena y reparadora ducha, para luego volver a salir hacia el hospital. De camino recibió una llamada de Lorna.

-¿Hola?-saludó Amalia.

Lorna le respondió histérica y gritando sin cesar. Estaba estrésica y molesta, y por momentos parecía tener ganas de echarse a llorar. Pero no le decía que le pasaba, solo balbuceaba alguna palabras y frases incoherentes. Lorna le preguntó a la pelirroja si estaba por abordar su avión. Amalia le explicó la situación de que debió de regresar antes.

-Tienes que relajarte. Explícame bien que pasa.

-No puedo con tanto estrés. De verdad no se como haces esto. Tengo miles de informes que hacer, tengo que buscar algún con concepto para el editorial que vamos a fotografear mañana y no he encontrado ni una modelo que pueda asistir. ¡No puedo hacer todo esto para mañana!

-Tranquila, Lorna. Tengo bastante experiencia manejando este tipo de estrés. No te preocupes y ven al hospital que todos los reportes y tu computadora. Necesito cuidar de Cami pero haremos todo entre las dos-le explicó ella.-Además, ya estaba extrañando el trabajo.

-Esta bien. Llegó allí en dos minutos-dijo ella con la voz agitada aún.

-¿En dos minutos? Ve suave por la carretera, Lorna. No queremos más accidentes de autos.

-Claro, claro. Chao, segunda madre-cortó la llamada y Amalia lo agradeció. Lorna se ponía de mal humor cuando trabajaba bajo presión y la pelirroja, algo sensible con la visita de Andrés, junto con la actitud de Lorna no le parecían buena idea.

Ya en la habitación de Camila, Dylan se fue a la casa y Amalia permaneció un rato tratando de dormir a Camila, cosa que pasó rápido gracias al efecto de los medicamentos que se le estaban administrando. Pocos minutos de tranquilidad hubo, hasta que Lorna abrió la puerta de la sala y se escabulló hasta la silla que estaba justo al frente de en la que se encontraba Amalia. Llevaba un enorme bulto y su computadora en la mano.

Viviendo Bajo el Mismo Techo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora