XXXVI
Dylan salió junto con Armando del restaurante en su hora libre. Caminaron por varias calles de la ciudad y no encontraban la joyería que tanto le habían recomendado.
-Tal vez sea esta-dice Armando señalando una esquina.
Dylan negó con la cabeza.
-Esa no es. Intentaré conseguir la dirección por internet-contesta él, deteniendo su marcha un momento para buscar en su teléfono.
-No puedo creer que Dylan se case. ¡Y nada más y nada menos con Amalia Stone!-exclama él.-Quién iba a decirlo.
-Es un secreto, Armando. No quiero que nadie sepa. Te lo he dicho a ti porque necesito ayuda para elegir el anillo...Además, ni si quiera se si va a aceptar.
-¡Claro que va a aceptar, hombre! Anímate un poquito. Y de tu secreto, está a salvo conmigo. Eso si, lo aprovecharé para hacer una pequeña apuesta con Lorna. Todavía me estoy recuperando de la pasada-ríe él.
Una vez encontraron la joyería en internet, colocaron la dirección de la tienda en el GPS y siguieron su camino. En cinco minutos andando habían llegado y estaban ambos dando vueltas alrededor de todas las vitrinas que protegían las distintas y costosas joyas.
Dylan logró distinguir una entre todas.
-Creo que hemos encontrado uno...-dice Armando al ver como Dylan no despegaba la mirada de una caja en específico.
-¿Crees que le guste?-negó levemente con la cabeza.-Yo no sé nada de esto. Stone siempre está a la moda y tiene tan buen gusto. Debí de haber traído a Lorna-dice él frustrado.
-Me siento ofendido, Dylan-responde Armando fingiendo dolor.
-He repetido esto por un mes completo. Voy a la tienda, escojo un anillo y le hago la pregunta. Un mes pensando en como lo haré y me estanco eligiendo la sortija.
-No te estreses, Dy. Estoy seguro de que cualquier anillo que escojas ella lo aceptaré con igual gratitud. Lo importante es el compromiso que viene con la sortija. No la joya en sí-aconsejó su amigo, poniendo su brazo alrededor de los hombros del ojiverde.-¡Permiso! ¡Queremos ver este anillo!-llamó a un empleado.
-Al final no fuiste tan inútil-ríe Dylan.
El empleado llegó hasta donde ellos y le mostró más de cerca el anillo a ambos. Dylan terminó por convencerse de que ese era el indicado. Sacó de su bolsillo una sortija que le había robado del tocador a Amalia y se la dio al empleado para que le diera la sortija del tamaño adecuado.
En unos minutos ambos chicos se encontraban fuera de la joyería y de camino al restaurante nuevamente.
-¿Vas a llevarla a algún sitio? ¿Cómo lo harás? Lorna tiene algunos fuegos artificiales aún del cumpleaños, ¿quieres que te los preste? Incluso yo puedo lanzarlos. Me puedo esconder en el patio-propuso Armando.
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Viviendo Bajo el Mismo Techo
Teen Fiction"Puede que no te parezca correcto, pero si tu corazón está tan acelerado como el mío en este momento, entonces continuemos". La muerte de sus mejores amigos le deja a Amalia y Dylan una sorpresa poco agradable. Y es que, si convivir con alguien que...