XXVII
-¡Vamos! ¡Hay que limpiar esto para ya!-exclama Dylan mientras se dobla para comenzar a recoger el ya vacío plato de salsa.
-Acaba de comenzar el juego, Dylan. Lo limpiaremos ya mismo-dice Armando.
-Amalia llegará pronto-dice éste, tratando de no caer en la tentación de dejar todo igual de sucio que como estaba.
-Yo le dije a Lorna que me llamara cuando ella viniera. Relájate. Además, los After Party terminan pasada la una.
Dylan miró rapidamente la pantalla y vio como su equipo marcaba un gol.
-¡Mierda! ¡Fue un gol! ¡Estamos a nada de alcanzarlos!-exclama él.
-¡No!-se queja Guillermo, mientras Dylan y su amigo celebran el giro que está tomando el partido.
Dylan tiró el paño con el que estaba limpiando y se lanzó al sofá.
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Amalia salió completamente sudada y sonriente de la pista de baile. Hacía mucho que no tenía una salida de ese tipo con su amiga y se sentía bien. Estaba disfrutando, y luego de bastante tiempo, se olvidó de sus problemas de trabajo y de la casa. Fue directamente a la barra, a pedir nada más y nada menos que una botella de agua. Como siempre, el bartender insitió en que tomara alguna cerveza, y al ella rechazarlo varias veces, se limitó a reirse de forma burlona de ella.
-Gracias. ¿Podría decirme la hora?-pregunta Amalia, abriendo la bebida.
-Faltan diez para la una de la madrugada.
-¿Ya? Que rápido-se extrañó ella.
Al parecer se había divertido mucho en la pista de baile.
Agradeció ella nuevamente al bartender y se alejó de allí decidida a despedirse de su jefe, Lorna y de algunos compañeros para regresar a su casa. Había prometido no llegar demasiado tarde, y al día después debía de ir a la oficina.
Logró despedirse de todos, pero no veía a Lorna por ningún sitio. Al parecer estaba demasiado entretenida bailando o hablando entre la multitud de personajes del mundo de la moda.
Amalia se encogió de hombros y decidió irse y enviarle un texto una vez llegara a su casa.
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-¡Por fin he ganado una apuesta!-grita Dylan, contando junto a Armando todo el dinero que sus amigos le dieron.
-Bájate de la nube, Dy. El de la suerte aquí soy yo. Recuerda que te he ganado más de diez apuestas-le guiña un ojo.
Guillermo y Alejandro guardaron su billetera, se sentaron en la sala a discutir la partida y a buscar excusas para la perdida de su equipo favorito.
Dylan y Armando terminaron de dividir su dinero, y antes de ponerse de pie para comenzar a limpiar todo, la puerta de la entrada se abrió.
Los ojos verde de Dylan se abrieron de par en par y corrió sin pensarlo a la sala.
-¿Alejandro? ¿Guillermo? ¿Qué diablos hacen ustedes a esta hora aquí?-pregunta la pelirroja.
Dylan llegó en ese mismo instante y se encontró a sus dos amigos dando explicaciones sin sentido a Amalia.
-Mejor no digan nada-dice ella.-Espero que no hayan hecho ningún reguero.
Los chicos tragaron fuerte y se miraron los unos a los otros. Amalia notó su reacción y el silencio incómodo la hizo ponerse alerta.
-¿Qué hicieron?
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Viviendo Bajo el Mismo Techo
Teen Fiction"Puede que no te parezca correcto, pero si tu corazón está tan acelerado como el mío en este momento, entonces continuemos". La muerte de sus mejores amigos le deja a Amalia y Dylan una sorpresa poco agradable. Y es que, si convivir con alguien que...