F I N A L

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¤ F I N A L ¤

Amalia presionó el botón del ascensor y luego tomó su maletín con las dos manos para esperar a que llegara la caja metálica que la llevaría hasta el piso de su oficina. Era temprano, por lo que había completo silencio en el Lobby del edificio. Solo que fue rota la tranquilidad cuando unos pasos rápidos en tacones resonaron a la espalda de la pelirroja.

-¡Amalia!-exclamó una voz que ella reconoció en un segundo: Lorna.-¿Cómo estás?-se acercó a ella y le dio un abrazo.

-¡Hola!-exclama ella.-Estoy bien, ¿y tú?

-Excelente-sonrió ella.-No he podido dormir en toda la noche. Necesito saber cual era la sorpresa que Dylan te tenía.

-¿Tu sabías de la sopresa?-pregunta la pelirroja, confundida.

-Ayer Dylan me pidió que te aguantara lo más que pudiera luego del trabajo por una sorpresa. ¡Pero no me dijo que era! Sabes lo chismosa que soy. Me gusta saber todo. ¿Puedes decirme?-suplica la morena.

Amalia rió y en vez de responder en palabras, decidió mostrarle su mano. Lorna abrió los ojos de par en par y tomó el brazo de Amalia para acercarlo más a su cara.

-¿Esto es lo que yo pienso?-pregunta ella.-¡Te vas a casar, Ami!-chilla Lorna y acto seguida se engancha del cuello de la pelirroja haciendo que ella perdiera el balance y casi se cayera.

-¡Cuidado, Lorna!-ríe ella, mientras trata de sostener con su mano libre el cuerpo de su amiga.-Y baja un poco la voz. Llegó el ascensor. Baja.

Lorna se ve obligada a poner sus pies en el suelo y arreglar sus pantalones antes de entrar al ascensor junto con su amiga y compañera de trabajo.

-Tenemos que celebrar esto-dice ella sonriendo.-Vamos a salir de fiesta después del trabajo y voy a invitar a Cristina. Es una loca en los club, lo pasé genial con ella la última vez que salimos-le guiñó un ojo.-¿Te apuntas?

Amalia lo pensó un momento.

-Me apunto.

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Dylan, Amalia y Camila estaban sentados en la sala de espera del ginecólogo. Era la segunda cita de Amalia, que ya tenía doce semanas de embarazo. A pesar de llevar tan poco tiempo de embarazo la barriga de Amalia había crecido bastante, al contrario de cómo le había dicho el doctor en la pasada cita, quién aseguraba que para esta fecha solo tendría un pequeño bulto. La pelirroja había comenzando a llevar trajes más anchos al trabajo en un intento de ocultar su estado.

La enfermera salió hacia la sala de espera y llamó a la señora Stone para que pasara. Los tres se pusieron de pie y siguieron como ratones al queso a Amalia. Ella no pudo evitar el reír un poco al escuchar los pequeños pies de Camila correr detrás de ella para alcanzar el paso de Dylan.

-Tengo cola-dice Amalia, deteniéndose en seco, causando que Camila chocara contra su pierna y cayera en el suelo.-¡Perdón, Cami!-exclama ella, ayudándola a levantarse.

-Es por aquí-indica la enfermera, abriendo la puerta de la sala.-El doctor los espera-sonríe ella.

Los tres entraron a la sala. El doctor los recibió con una sonrisa y le pidió a Dylan y a Camila que se sentaran en la silla que se encontraba al lado de la camilla. Amalia se acostó como le pidió el médico. Le hicieron las preguntas y el chequeo de rutina, antes de pedirle que se subiera la camiseta. Cuando lo hizo, Camila no pudo evitar señalar con su pequeño dedo a Amalia.

Viviendo Bajo el Mismo Techo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora