Cap. 86 Última Vez

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Me pasé el resto de la tarde llamándola, pero no contestaba por nada del mundo. Le mandé muchos mensajes, pero tampoco pasaba nada. Debía hablar con ella, era importante. Conduje hasta su casa. Toqué el timbre y esperé impaciente.

-¡Jennie!- Dijo su madre estirando sus brazos.

-Hola- Respondí sin mucha emoción.

La abracé debidamente.

-¿Está Lisa?- Pregunté de inmediato.

-No, no- Dijo frunciendo el ceño- No volvió a almorzar tampoco.

Mi corazón se encogió y sentí una gran patada en el estómago.

-Llamó para decir que no vendría- Dijo para intentar calmarme.

-Oh...eso es...que bueno- Dije descompuesta- Entonces creo que ya...debo irme.

Se negó pero me despedí de ella de todas maneras. Volví a subir a mi auto y me quedé mirando al vacío. ¡Cómo puede ser capaz de ignorarme así! Yo la estoy extrañando tanto...y ella está por ahí...sin siquiera importarle si sigo viva o no. Suspiré resignada. Me quedaría unos minutos, tal vez llegaría pronto, son casi las 7 de le noche, seguramente ya llegaría.

Me quedé mirando la bolsa de la joyería y la abrí. Tomé la cajita delgada y la abrí. Era un collar, tenía un pequeño dije en forma de estrella, pequeños diamantes cuadrados a los costados. Era hermoso. Sonreí de lado. Fue un lindo detalle. Realmente espero no volver en dos semanas.

Puse música para distraerme. Me estaba esforzando para que mi mente pensara en otra cosa. Me sentía dolida, impotente, frustrada...abandonada. Escuchaba la música electrónica, que gracias a sus características, no me hacía recordar nada, ni pensar en nada romántico. Mis dedos golpeaban el volante nerviosamente.

Está bien, todos tenemos amigos y amigas, está bien tenerlos. Son sólo amigas, sí, sólo eso... Seguramente estaban paseando, o viendo una película...tal vez comiendo algo. Nada...nada romántico, si, nada romántico. Mi corazón latía inquieto. Las horas pasaban y Lisa no regresaba a casa, no me contestaba, no sé si está bien o no. Podría pasarle cualquier cosa.

El reloj del auto me parpadeaba las 12 de la noche, con un color verde fosforescente. Tal vez no volvería a dormir, y se quedaría en casa de...su amiga. Harían una pijamada, sí, nada romántico. Bien, tal sólo una hora más, no tenía nada que perder, ya pasé toda la noche aquí, esperándola como estúpida. Una hora más no me afectaría.

Los párpados me pesaban. Bostezaba cada vez más, hasta con lágrimas en los ojos. Suspiré, era hora de resignarse y volver a casa. Kuma seguramente me estaría esperando. Encendí el auto y me marché. Bajé con desgano, y entré a casa. Salió corriendo hacia mí. Sonreí de lado con un dolor constante en el pecho.

-Sí cariño, será otra noche solos- Dije mientras me lamía el rostro.

Lo alimenté, jugué con él, esperé que fuera al baño y me recosté en la cama ya lista para dormir. No lo logré. Ya eran casi las 2 de la mañana. Me levanté con cuidado para no despertar a mi pequeño. Tomé la caja con el anillo y me la pasé mirándolo por un muy buen tiempo. Espero no haber gastado dinero en vano, espero no haberme hecho ilusiones en vano.

Una serie de escenas se me presentaban en la cabeza, sin dejarme ni un segundo tranquila. ¿Estará besándola? Tal vez no lo inició Lisa, pero si lo correspondió. Tal vez están juntas en la misma cama...y pase sin que puedan evitarlo. También existe la posibilidad de que esté planeando cosas con ella, en un futuro, y lo único que falte sea dejarme.

Guardé la caja en un gabinete con llave, y lo dejé trancado. Volví a la cama. Estaba tan cansada, llena de impotencia, llena de...una incertidumbre, un miedo a lo que sea que pueda estar pasando. Yo fui la otra, tal vez mi karma sea este, que ella esté con alguien más a mis espaldas.

Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora