Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•

Cap. 97 Adiós

-Entonces realmente no sé qué quieres que hagamos- Dije rendida.

Tomé mi copa de vino de nuevo y le di un gran trago.

-Podrías tratar de entenderme...- Dijo moviendo las manos.

Negué con la cabeza y miré a otro lado molesta. Apenas toqué mi comida, estaba demasiado ocupada hirviendo mi hígado con ella.

-Te entiendo- Dije encogiendo mis hombros.

-No, no lo haces- Musitó buscando mi mirada- Ya estuve demasiado tiempo sin Tzuyu, quiero verla crecer...ya entrará en esa edad de conocer chicos y...

-Y tú eres experta en eso- Comenté con altanería.

Gruñó y dejó de hablar. El mesero volvió a llenar las copas de vino. Le hice señas para que dejara la botella de una vez. Nunca el ambiente entre nosotras había estado tan tenso.

-¿Dejarías tu trabajo por mí?- Preguntó inclinándose hacia mí.

No. Wao...esa fue una repuesta rápida, pero no puedo decírsela así sin más. Levanté la mirada. Ya sabe la respuesta, no creo que necesite...una confirmación.

-¿Entonces cómo quieres que deje a mi familia?- Dijo indignada- ¡Si ni consideras dejar tu trabajo por mí!

Lo he considerado...un par de segundos, algo cortos, pero lo he considerado. Me arreglé el cabello y suspiré. Ya no sé ni a dónde va esto. Pensar que hace un par de meses todo era color de rosa. Todo sabía tan bien, y ahora todo es tan amargo.

-¿Entonces qué?- Pregunté al fin- ¿Aquí se termina?

Sentí un dolor invadirme por dentro. Sabía que las lágrimas saltarían en cualquier momento. Esto dolía. Bajó la mirada sin responder. ¿Será un sí? O simplemente no sabe qué responder. Esta vez ella tomó su copa, la meció, haciendo que el líquido fluyera como un remolino. Tomó un poco. No sé si esto siga funcionando a distancia, hasta ahora no ha resultado nada bien...por eso estamos aquí.

-Iré...al tocador- Susurró.

Se levantó y se fue. La vi desapareciendo de mi vista, tal vez también pasaría eso...pero para siempre. Me concentré en la música, este lugar era un poco más romántico de lo que me hubiera gustado. Miré alrededor. Todas las parejas tomadas de las manos, sonriendo, besándose. Solíamos ser así. Ahora el frío podía palparse, ella se sentó frente a mí, no rozamos nuestra piel ni por accidente.

"Eres como una cruz en el mapa

Una playa secreta

Una selva completa

Un mundo para mí..."

Una lágrima acarició mi mejilla en silencio, bajando lentamente. Ella me cantó esa canción. Me gustaba más en su voz. Mordí mis labios. No puedo empezar a llorar aquí...me vería patética. Me deshice de las gotitas de agua que corrían por mi rostro y bebí un poco más. La vi volver. Desvié la mirada.

-¿Quieres irte?- Pregunté sin emoción.

Asintió sin mirarme. Llamé al mesero para la cuenta. La trajo a los breves minutos. Pagué y se la dejé. Tomé mi bolso, mi abrigo y caminé hacia la salida. Ella venía unos pasos más atrás. Me quedé parada en la vereda, no sé cuál era el siguiente movimiento. Siento más frío del común. ¿Será que es porque su mano ya no entrelaza la mía? ¿O que ya no hay el amor que latía entre nosotras? Tal vez aún esté aquí, pero ninguna le presta atención.

-Tomaré un taxi- Dijo volteando a mirarme.

-Podemos compartirlo- Comenté- Si no te molesta...