Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•

Cap. 36 La Nueva

-Cariño llegaremos tarde- Protesté de nuevo desde la puerta.

¿Desde cuándo me importaba llegar temprano? No lo sé, pero no quería que reprendieran a Jennie por llegar tarde.

-Ya- Dijo saliendo de su habitación.

El día que esta mujer no me parezca la más bella obra de arte del planeta...empezaré a preocuparme. Traía un vestido ligero, en tonos de lila, bastante hippie. Una chamarra de cuero encima y unos botines con tachas. Se veía despampanante.

-Vámonos- Dijo tomando las llave y abriendo la puerta.

-Dame un beeeso- Me quejé como niña pequeña.

Volvió riendo y depositó un suave beso sobre mis labios.

-Ahora sí- Dije sonriendo.

-¿Iremos en ambos autos?- Preguntó cerrando la puerta.

-Sip, hoy me quedó después de clase- Dije haciendo un puchero.

Hizo lo mismo y se aceró para entrelazar mis labios con los suyos. Nos despedimos y nos subimos a nuestros respectivos autos. Llegamos justo a tiempo. Su clase era en el primer piso, la mía era en el cuarto, así que yo si llegue un poco más tarde porque no corría a menos que mi vida estuviera en peligro, o fuera la clase mi novia.

Llegué sin prestarle mucha atención al maestro y fui hasta mi lugar de siempre...y estaba ocupado. Fruncí mi ceño molesta, ¿acaso esta chica estaba en mi clase? La miré mal y luego miré a Chaeng que se limitó a encoger sus hombros. Intenté fulminarla con la mirada, pero en ese momento me miró, y era...una mezcla de...desafió, pero con un atisbo de ternura, que hizo que me rindiera. Me senté detrás de ella y suspiré molesta.

-¡Chicos....chicos!- Gritó para llamar nuestra atención- El día de hoy tenemos una grata noticia, tienen una compañera nueva.

Sabía que no la había visto antes.

Todos se dieron la vuelta a verla, y bajo un poco la mirada por los nervios. El maestro la presentó, pero sinceramente no llegué a escuchar su nombre. Saqué el cuaderno de apuntes, y mis audífonos también. La física tampoco era lo mío, y ya intenté demasiadas veces entenderla, pero nunca funcionó. Me los acomodé y los camuflé con mis cabellos.

Después de unos minutos se dio la vuelta, y empezó a mover sus labios. Estaba demasiado inmersa en mis pensamientos y en la música, así que me quedé admirando sus labios dirigiéndose a mí. Tenía un piercing de color morado eléctrico, acabó de hablar y jugó un poco con él. Sacudí la cabeza, apuesto a que tenía una cara de idiota magnífica. Me saqué los audífonos y sonreí avergonzada.

-Lo siento- Me disculpé- ¿Qué decías?

-Que...si podrías prestarme un bolígrafo- Dijo con una risilla.

-Oh...claro- Dije abriendo mi estuche torpemente- Aquí tienes.

-Gracias- Dijo sonriendo.

Al sonreír sus ojos se enchinaron de una manera dulce. Se dio la vuelta y sonreí, me caía bien. Aparte del piercing del labio, traía un aro en la nariz. Tenía el pelo teñido de color morado, con un poco de fucsia. Sonaba bastante extraño, pero se veía bastante bien. Sus ojos eran grandes y de un color oscuro, piel blanca...joder, me había vuelto muy buena para estudiar gente.

-¿Qué?- Pregunté a Chaeng que venía mucho tiempo mirándome raro.

-Nada- Susurró riendo.

Rodé los ojos y volví a ponerme los audífonos. La clase pasó tan lentamente que fue doloroso. Tocó la campana y guardé mis cosas desesperada, odiaba pasar clases.