Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•

Cap. 67 Mientras Duró

-¿Hola?- Dijo una vocecita- ¿Jennie?

-¿Tzuyu?- Pregunté riendo.

-Sííí- Dijo con emoción- Ya pedí permiso, ya terminé de almorzar, y ya estoy lista.

-Está bien- Dije con el mismo tono- Estaré ahí en minutos.

-Ok, te espero- Dijo con una risilla.

Tomé mi chaqueta y las llaves del auto. No almorcé nada, no tenía apetito. Arranqué el auto, y llegué en menos de 5 minutos. Bajé y toqué el timbre.

-¡Sí papá!- Gritó antes de abrir- ¡¡Jeeenniee!!

-¡Tzuuyuu!- Dije extendiendo los brazos.

Me abrazó fuertemente, y fue hasta el auto dando pequeños saltitos. Es como si no me hubiera visto en días, se emocionaba cada que me veía. Le abroché el cinturón como de costumbre, y me subí a mi asiento.

-Bien...ahora tu fíjate, que si yo lo hago nos chocamos- Bromeé.

Rio y asintió. Estiraba el cuello como todo un suricato, buscando la siguiente heladería.

-Deberíamos tener un mapa- Comenté.

-Es cierto...- Dijo pensándolo- Para otro día.

Asentí, sonaba razonable.

-¡¡Ahí!! ¡Ahí! ¡Paara!- Dijo saltando en su asiento.

Tuve que buscar un lugar para parquear o saltaría encima de mí. Lo hice al frente, y bajamos del auto. Tomó mi mano por instinto, haciendo que sonriera. Entramos y frenó en seco.

-¿Qué pasa?- Dije asustada.

-Escuchas... ¿¡escuchas eso!?- Dijo susurrando.

-No, no, ¿¡qué es!?- Contesté mirando al techo como ella lo hacía.

-¡¡¡¡Es BlackPink!!!! ¡¡ES BLACKPINK!!- Dijo enloqueciendo.

Joder, esa reacción era digna de un ataque terrorista, ¡no de un grupo de música! Puse una mano en mi pecho, me asustó enserio. Negué con la cabeza y reí. La llevé a una mesa, ya que estaba hiperventilándose por la música.

-Esta es mi heladería favorita- Dijo inmediatamente- ¡No podemos irnos! Es BlackPink, ¿escuchas?

-Sí, sí lo escucho- Respondí riendo.

-¿¡Es que no las conoces!?- Dijo moviendo las manos.

Temía por mi vida si negaba con la cabeza, pero terminé haciéndolo.

-¡Son el mejor grupo del mundo mundial! ¡Es que ni te imaginaas!- Dijo dándose aire- Son perfectas.

Reí ante sus reacciones.

-En casa te mostraré sus videos- Dijo un poco más seria- No puedo creer que no las conozcas.

-¿Puedo tomar su orden?- Preguntó la mesera con la libreta en su mano.

Cerré los ojos y negué con la cabeza riendo. Asintió y se retiró.

-Ahora... ¿qué quieres tomar para calmarte?- Pregunté sonriendo.

-Uff...no lo sé- Dijo agitada- Creo que probaré la...bomba de chocolate.

Abrí mis ojos más de lo común. ¿¡La bomba de qué!? Miré el menú. Debemos hacer esto menos seguido, si no, acabaré siendo la culpable de la diabetes de Tzuyu. Dejé que pidiera eso, con la condición de no hacerlo con tanta frecuencia, y aceptó sin quejarse. Yo me pedí uno simple de leche y ya.