Mis manos se aferraban a la parte posterior de sus muslos. Sus pies estaban casi a la altura de mi cintura, apoyó sus manos en mis pantorrillas. Subía y bajaba encima del juguete que yo traía amarrado en la cadera, y gemía fuertemente.
-Oooh sí...justo así...- Jadeaba fuertemente.
Paré sus movimientos, y ahora era yo la que abalanzaba mis caderas contra las suyas, escuchando el chasquido que esto causaba. Mi cuerpo ya estaba agotado a estas alturas, ya iban a ser las 4 de la mañana, y la verdad, perdí la cuenta del número de ronda que es esta.
-Aaah Jennie, más rápido- Pedía con desespero.
El sudor ya era un accesorio más que llevaba en este momento. Mi respiración dejó de ser normal desde el comienzo de la noche. Sentí un líquido caliente tocar mi vientre. Fruncí el ceño y bajé la mirada para averiguar que era. Lisa se había corrido, pero ahora, en todo el sentido de la palabra.
Sonreí de lado, cómo si hubiera ganado el más grande trofeo. Su cuerpo temblaba sin parar, y yo seguía las embestidas, ésta vez de forma más lenta para que disfrute su mejor orgasmo. Salí lentamente, y su cuerpo se desplomó encima de las sábanas rojas que había comprado.
-Oooh...- Suspiró- Eso fue...
No la dejé continuar y abrí sus piernas de golpe. Me acomodé y pasé mi lengua por toda la humedad que la estaba inundando. Dejó de respirar y sus abdominales se tensaron por completo. Sonreí divertidamente. Jugué con su clítoris con la punta de mi lengua mientras sus manos rasgaban las sábanas, literalmente.
-Ahí...ahí- Decía cada que introducía mi lengua dentro de ella.
Seguí alternando mis movimientos, saboreando este nuevo regalo de su cuerpo. Tenía que hacerlo. Sus piernas empezaron a cerrarse a mis lados, eso me decía sólo una cosa. El segundo orgasmo estaba a punto de suceder. Adquirí velocidad, y su cuerpo ya tomaba los temblores como algo vital.
-Mierda... Jennie...- Jadeó y llegó al clímax.
Di pequeños movimientos circulares en su centro de placer, y me alejé. Trepé hacia sus labios. Sus mejillas explotaban de ese rojo tan sublime que adquiría en el acto. Su cabello desordenado, bañado en sudor como el resto de su cuerpo, era una imagen muy erótica. Mis ojos pasearon por su hermoso cuerpo. Tenía marcas de principio a fin, todas por mis labios, mis dientes, y mi sed de su sabor.
-Aún tienes restos de chocolate- Susurré.
Pasé la punta de mi lengua por su mentón, saboreándola una vez más. Sonrió agotada, con los ojos cerrados.
-Eso...eso es lo de menos...justo ahora- Dijo en un suspiro.
Hice presión en su centro con mi rodilla, y arqueó la espalda. Dudo que alguien haga el mismo ejercicio que hicimos esta noche, en un mes de gimnasio.
-Te amo- Musité cerca de su oído.
Suspiró de nuevo, esta vez con más pesadez. Dejé tiernos besos por su cuello, rodeándolo y subiendo por el otro lado para llegar a sus labios.
-Yo también- Contestó sonriendo.
Besé sus labios una vez más y abracé su espalda suavemente, para que su cuerpo estuviera en la posición correcta para dormir. Sus risos rebeldes llenaron la almohada. Salí de la cama y me saqué el juguete sexual por primera vez. Lo dejé en las bolsas, y suspiré agotada. La cama tenía todo tipo de cosas, y la pereza nunca estuvo tan presente en mí.
Aparté el juego de mesa a un lado, tomé la bandeja del postre y la puse en la mesita de luz. Me aseguré de que las puertas del balcón estuvieran bien cerradas para que no pasáramos frío. Soplaba las velas mediante volvía a la cama. Me recosté a su lado y jalé los cobertores encima de nuestros cuerpos. Bostezó levemente.
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Enséñame Lo Que Es El Amor •Adaptación Jenlisa•
FanficJennie era la nueva maestra de literatura, una mujer absolutamente hermosa, con una sensualidad que emanaba de cada poro de su piel, cruzó su camino con una joven llamada Lisa. A Lisa no le importaba nada, ya había decepcionado y lastimado a tanta...