Capítulo XIV: Clínica

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Puedo escuchar los latidos de su corazón a través de la pantalla de la máquina de ultrasonido. Bombea. Una y otra vez. Tengo ganas de acariciar mi vientre, pero gel hidrosoluble mantiene ocupada esa área. Quiero sonreír.

Un bebé.

Mío.

Mi pequeño.

Solo soy capaz de mirar hacia la pantalla hasta que siento un ligero frío en mis pies. Algo va mal. Me incorporo medianamente de la camilla. No hay nadie. Miro hacia mi vientre. No hay ningún líquido sobre el. Ni siquiera lo tengo descubierto. Devuelvo mi vista hacia la máquina de ultrasonido. No está. Todo empieza a desvanecerse.

Tengo miedo.

Puedo sentir las palpitaciones de mi corazón querer destrozar mi pequeño. Me ahogo. Aspiro el aire tan profundo aferrando a este. Caigo hacia atrás. Veo el techo. Este se vuelve opaco.

—¡Más intensidad! —La voz de un hombre se filtra en mis oídos.

¿Dónde estoy?

Todo es oscuro.

—¡Vamos! ¡Sé que puedes despertar! —De nuevo esa misma voz.

Puedo calcular que es un hombre de mediana edad. Mi cuerpo está tan pesado como mis ganas de abrir mis ojos. No quiero ver qué me espera. No despertar. Sí, eso es lo mejor.

—¡La última descarga! —Otra vez "él".

Un ligero silencio tras su voz.

Un pitido agudo tras un suspiro ajeno.

Una sensación de liberación en mi pecho y respiración.

Entonces, mis párpados dejan atrás su negativa de permanecer pesados. Ahora se abren. La luz me ciega. Parpadeo varias veces. El aroma es familiar como repugnante. ¿Un hospital?

—London, ¿me escuchas? —Habla a quien bautizo por "él", pero no puedo ver su rostro.

Intento responder. Hago mi mayor esfuerzo. Y lo logro.


—Sí.

—Estarás en observación por hoy. —¿Observación? —Mañana si todo va bien podrás tener visitas.

No entiendo ni la mitad de lo que me dice. Ni lo quiero hacer. Todo me da igual. ¿Cómo llegué a esto? ¿Cómo llegué a este sitio? Me preparo para recordar, pero mi mente está en blanco. No hay recuerdos. Igual le hago a "él" la pregunta más obvia.

—¿Dónde estoy?

—En una clínica, pero descansa. Mañana se te informará de tu estado.

Modulo un "no", pero ni yo logro escucharlo. Mis ojos vuelven a su oscuridad. Una de la cual estoy extrañamente deseando volver y quedarme por siempre de inquilina ahí.



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¡MARATÓN! 1er capítulo. 

Para quienes recién le llegan las notificaciones cabe recalcar que el viernes subí un capítulo. 

Tú © - [Serie Apariencias] [Libro #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora