Capítulo XXI: El extraño

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¡Mierda!

¡Mierda!

¡Mierda!

Ya perdí la cuenta de cuántas veces he estado pronunciando esa palabra, pero es la única que se me ocurre al verme en el espejo de mi cuarto. No veo a la gran mierda que horas antes se vio decidida a ir por todo. Estoy de vuelta, y lo único que veo es a una estúpida que por poco tiene sexo con un extraño que para su suerte no la tocó y resultó ser hasta "caballero".

¿No sabes que te puedes contagiar de papiloma aun usando condón, London?

¡No lo sabes!

—Lo sé, lo sé... —Me recrimino a mí misma, cayendo derrotada al suelo, justo donde empezó mi noche.

¡Ah! Sin mencionar el herpes, sífilis...

—¡Basta! —grito, llevando mis manos a mi cabeza, tratando de cortar el hilo de pensamientos horribles que crecen y crecen por tomar la opción más fácil.

Hundirme más.

Olvidarme de mí.

Sentirme basura.

Respiro hondo, cerrando mis ojos en el proceso. Necesito desintoxicarme. Me levanto y busco en mi cajonera un desmaquillante. Voy de regreso al espejo. Y me miro. Tan cerca. Tan detenidamente. Me siento fea. Me siento nada. Lloro. Desmaquillo cada espacio de mi rostro donde oculté con tinta y brillos mi dolor.

Fuerzo una sonrisa.

Dicen que, aunque la sonrisa no sea genuina, el cerebro puede interpretar esto como si estuvieras contento y en cierto modo termina por mejorar tu humor. Pero no me está funcionando.

Siento que algo me estorba en mi seno izquierdo. Asumo que puede ser la prenda, pero entonces recuerdo. El papel. Tiro hacia un cesto cerca la tela con todo lo que me hacía otra. Saco la nota que está algo húmeda. Veo el número, aunque se encuentre con la tinta desmanchada.

—Me escribes cuando llegues a casa —repito, las mismas palabras que salieron del hombre que ni su rostro conozco. Es incluso más peligroso que un extraño. Se parece a una escena de película de terror donde la "más tonta" cae primero en el juego del asesino serial.

Pero si hubiese querido hacerme daño lo hubiese hecho en las diversas oportunidades que tuvimos de estar solos, ¿no?

—Es solo un mensaje... —me digo.

Voy por mi celular.


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*Hay otro capítulo extra. ¡YA LO SUBO!

Tú © - [Serie Apariencias] [Libro #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora