Capítulo XXXIV: Carta

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—Esta es la única carta que pude rescatar antes de que Random se deshiciera de ella como lo hizo con las otras —dice Frank, dejando en mis manos aquel sobre que minutos antes no tenía idea del porqué lo traía con él—. Ciertamente, no tenía idea de que en realidad lo iba hacer, pero eso fue hace meses y recién hace unos días me enteré. —Se encoje de hombros.

¿Carta?

—¿Por qué ahora? —cuestiono, bajando mi mirada hacia ese papel áspero y tosco que sirve de protector para otro. Sé que las palabras del papel en su interior no van a proteger mi corazón como lo hace aquel sobre si decido leer la carta en este instante.

—Disculpa mi pésima educación. —Llama mi atención. Soy consciente de su mirada y de lo atractivo que se ve al elevar un poco la visera de su sombrero de piloto—. Buenas noches, London. —Extiende su mano en saludo—. Es un placer verte nuevamente.

Le doy la mano en saludo, llevando hacia la otra el sobre. Frank sonríe. Pero deshago el tacto de mi mano tan rápido como me permití a saludarlo. El hecho de que su sonrisa se esfume y mi mano dé un ligero temblor es la señal de que Adam está aquí. El pitido como el inmediato parqueo de un auto tensiona cada parte de mi ser.

Antes de que sea posible que Adam pueda visibilizarme tras la obstrucción de Frank con su cuerpo en medio de la puerta, volteo y busco un lugar dónde esconder el sobre. Y lo encuentro. Lo escondo en el interior de un jarrón de mimbre de estructura metálica que está vacío y se encuentra opuesto a la escalera en una esquina, olvidado por su propia dueña.

Me devuelvo como puedo, pero la mirada de Frank me pilla en sorpresa. Su rostro lo dice todo: algo va mal. Si supiera que está en lo correcto. Aunque no tengo tiempo de justificarme, porque el hombre que me tiene así de precavida y atormentada está detrás de él.

—¿Quién eres? —demanda Frank, mirándome a una distancia prudente por encima del hombro de Frank con el ceño fruncido.

Frank entorno los ojos. Se voltea de inmediato. Aquello cambia la expresión del rostro en Adam. Se relaja y hasta sonríe. En un par de parpadeos, ellos se están saludando dándose palpadas en la espalda como si fueras grandes amigos.

Quedo noqueada.

—¿A qué se debe tu visita en este lugar? —Logro escuchar por parte de Adam.

Me quedo detrás de la puerta. En la sombra. Oculta y presente. Intentando entender cómo es que se conocen, qué tipo de relación tienen...

—Investigué y supe que estarías aquí antes de ir al gran evento —dice Frank, retrocediendo un paso y enderezando sus hombros—. Tengo esto para ti. —Extiende su mano hacia Adam, pero no logro ver qué le entrega. Es algo pequeño, porque la mano de Adm puede cubrirlo y su movimiento me hace deducir que aquello lo guarda en el bolsillo de su traje—. No podré asistir, porque debo partir en un vuelo privado de última hora. Así que, acabo de arruinar un poco lo planeado.

Tú © - [Serie Apariencias] [Libro #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora