—¿Qué tal la exposición? —pregunta Shannon, expectante de que mi expresión gélida le diga algo.
—Seductora —comento, observando la fotografía de una mujer en la que solo resalta su espalda desnuda, su rostro a medio girar y su cabello recogido en un balance de color en blanco y negro, ocultándose tras la sombra de alguna habitación quizás.
Ocultando algo.
Así como me he estado ocultando mi dolor. Fingiendo continuar. Fingiendo tener una vida cuando la mitad de ella se la llevó London.
London.
London.
Bien podría ser ella quien esté a mi lado esta noche. Su elegancia y belleza natural opacaría la fotografía que tengo en frente, incluso a la dama que tengo a mi lado. Shannon. Su invitación a este evento me fue algo sorpresiva, no solo por el hecho de que es la primera vez que una mujer me invita antes de yo ser quien lo haga y además de no darse por vencida en seducirme ante aquella última vez que nos vimos en la subasta.
Faltan pocos días para navidad y año nuevo. Aunque ella esté dispuesta a convertirse en una compañía agradable para esas fechas, no podría darle falsas esperanzas a Amy después de lo pasado con London.
Ajusto mi corbatín, mirando hacia mis lados.
Tengo la sensación de ser espiado. Y tal sensación se reafirma cuando mi mirada se va hacia mi izquierda y encuentra su presencia entre la multitud. Hermosa, impactante y sobriamente seductora. Esa mujer es mía y ajena a la vez. Esa mujer acaba de doblegar mi frialdad y acelerar mis latidos en vano.
Ella me observa.
Me observa con una tristeza en su mirar tras limpiarse discretamente con su mano una lágrima del rabillo de su ojo. Lamento no estar a su lado. Lamento que ella crea que sigo siendo el idiota que la dejó hace unos años y que haya olvidado mi confesión. Lamento que mi presencia con Shannon en este lugar le reafirme que "sigo siendo el mismo imbécil que quedo atrás".
Aunque me niego a cometer alguna estupidez.
Lo estoy haciendo.
Despojo el agarre de Shannon y voy directo hacia London, esquivando los presentes. Hipnotizado por su mirada.
—London... —susurro, al viento, conteniéndome a gritar su nombre.
Veo una discreta sonrisa que sus labios forman a mi acercamiento. Caigo derrotado. A medio camino, él hace su presencia y se la lleva. Ella se esfuma como lo hace mi adrenalina en ir a su encuentro.
Me quedo parado.
Soy una especie de estatua. Veo cómo ambos suben las escaleras al segundo piso y postran en la cima. Se pide silencio a la audiencia y, como si fuera un maldito déjà vu, ambos posan como pareja con las cámaras a una corta distancia. Él la toma por la cintura y declara ser el director de la película expuesta en las magníficas fotografías. No solo eso, él saca de su bolsillo una cajita pequeña de esas que portan un anillo dentro. No dura ni un minuto mi sorpresa para que él confirme mis sospechas.
No.
Esta vez no puedo quedarme a observar hasta el final cómo mi corazón se pudre ante una propuesta de matrimonio que debería ser yo quien debería estarla efectuando.
¡No!
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¡MARATÓN! 2do capítulo.
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Tú © - [Serie Apariencias] [Libro #3]
RomanceAdvertencia: Debes haber leído Random y London para ingresar a esta obra. Random, ¿Qué puedo decir de él? London, ¿Qué puedo decir de ella? London creyó dejar atrás todo lo que pudiera recordarle a Random. Más de Cuatro años que nada la ata a...