Capítulo XXXX: Infierno

2.8K 336 7
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Llegó la gran noche, hermano —comenta Frank, detrás de mí, mientras me dirijo hacia la entrada posterior de un edificio exclusivo en Park Avenue donde se movieron los eventos del Heaven. Por supuesto, gracias a su nuevo dueño.

Soy, en esta perspectiva, un ambicionado cliente como cualquier otro asistente a este evento. El evento de fin de año. "La gran inauguración". Todos se lanzan una mirada discreta vestidos en sus más finas prendas. Algunos deberían estar con sus familias a estas horas recibiendo un nuevo año, pero no. Ellos prefieren estar aquí.

Iniciar un año rompiendo las reglas, con decadencia o no, te da algo de libertad interna, pero te esclaviza a los estándares de la sociedad "culta" aún más si ese riesgo se llega a saber. Y esa sociedad esta aquí bajo los reflectores de los de afuera que se esmeran en aparentar una vida correcta a "ellos".

Bien.

Pues esta noche romperé más de una regla.

Esta noche concederé mi libertad a cambio de otra. Claro, si llega a darse el caso de que todo se torne oscuro y no salga como lo esperado.

Ella y yo juntos.

—Invitación —Una joven rubia con vestido negro apegado al cuerpo y de escotes pronunciados extiende su mano para que pose en ella lo que pide.

Extiendo lo que es una cartulina negra cuadrada con una sola palabra manuscrita en dorado: Infierno. Una invitación que podría falsificar cualquiera si no fuera porque la palabra manuscrita es a vista una pegatina que la joven desprende y revela debajo de ésta un color rojo que deja la formación de la palabra.

—Proceda por el pasillo dice, apartándose y dando paso libre para mi ingreso. Los hombres corpulentos con arma en sus cinturas que bloquean el paso detrás de ella se abren por igual. Volteo hacia Frank para que interceda ya que el carece de invitación.

Sin embargo, la joven se adelanta en decir:

—Usted también puede pasar.

Volteo de inmediato.

La observo un tanto extrañado. Frank se ubica a mi lado y le lanza una sonrisa a la joven. ¿Será que ella es su fuente dentro del Heaven? No tengo tiempo para quedarme analizando aquello. Cruzo la barrera entre mi cordura y mis demonios. Estoy dentro. Las luces me reciben. El calor me consume. Soy el nefasto espectador. Soy un consumidor más a quien ya le tienen reservada la mesa principal.

La habitación de cristal está lista.

Lo raro es que no hay nada más que pétalos de rosas blancas en el piso.

El ambiente en sí, y fuera de la habitación, justo donde estoy a punto de sentarme es nada más que una decoración haciendo alusión al infierno de Dante a su obra proclama "La Divina Comedia". El infierno, el purgatorio y el paraíso los tres lugares magistrales que no son fácil de deducir cuáles son. Si lo ves bien. Si eres atento... sabrás que el paraíso está dado por el nombre del lugar, el infierno por el interior y aquella habitación de cristal es el purgatorio.

Los asistentes empiezan a ubicarse en sus respectivos asientos. Cada mesa tiene su nombre en el centro tallada en hielo. La mía dice "traición". Así como las otras que tienen por nombre limbo, lujuria, gula, avaricia... ya sabrás hacia donde todo va.

La música toma protagonismo. Una melodía acústica con un trasfondo oscuro, perverso, así como lo que encierra la tranquilidad de la expresión de mi enemigo, ingresando a la habitación con un micrófono en mano.

—Por aquí se va al dolor eterno —suelto, estoico.

Los asistentes aplauden.

Tal vez unos por conocimiento, otros por ingenuidad. Sus palabras dan paso a la oscuridad ambientación devorada por una luz incandescente roja. Todos se asombran.

—Cierren sus ojos, público —anuncia, mirando a su alrededor, evadiendo o no a propósito el encuentro de nuestras miradas. Toma con más precisión el micrófono para anunciar lo que a mi corazón le rinde tributo con un vuelco y un latir descomunal—. Nuestra Beatriz, nuestro amor prohibido, será la protagonista esta noche.

Me levanto de mesa en un impulso el cual es arrastrado por el jalón que me da Frank desde mi saco para que me devuelva a mi sitio. Carezco de control. No me da miedo admitirlo. Ni siquiera estoy seguro de querer necesitarlo, porque hoy quiero que mi instinto salga a flote y no ver las consecuencias cuando se trata de destruir a la bestia.

—Cierren sus ojos, público —comenta con cizaña—. Están advertidos.

Hasta que al fin llega el momento.

Hasta que al fin él es capaz de clavar su mirada en la mía, pero solo para mostrar una malévola sonrisa. Esta desaparece.

En realidad, todo desaparece.

Las luces son pagadas en un parpadeo a otro.

Pero para mí no hay un suspiro de sorpresa en tal espectáculo, porque para mí esto es la señal. Me levanto discretamente, dejando que Frank se posicione en mi asiento. Viste igual a mí. Esta noche podría decir que con la oscuridad podría ser fácilmente confundido con mi apariencia.

Mi Beatriz.

Mi, nada más que, London.

Voy por ti. 



_______________________________________________

Les debía esta actualización. 

Ya después de unos minutos analizarlo me dio nostalgia saber que voy a culminarla :')

Tú © - [Serie Apariencias] [Libro #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora