—Sufrí un accidente, por favor, ayuda...
Me desconcierto.
Esa voz...
¿Desde este número?
—¿Ángel? ¿London? —Intento mantener mi voz tan baja hasta apartarme de Amy e ir lejos de su radar.
No, es que no puede ser ella.
—¿London? —repito, a medida que me dirijo hacia mi habitación. Puedo estar equivocado, pero esa voz... ¡Maldición! Esa voz es de ella. Lo sé... pero...
No hay nada más que un sepulcral silencio al otro lado de la línea. Digo de nuevo su nombre al instante en que me encuentro al interior de la habitación. No hay nada. Ninguna respuesta, pero la llamada sigue activa.
Puedo estar equivocándome, pero la mujer que está al otro lado de la línea necesita, sí o sí, de ayuda... El tono agonizante de su voz, de hace un par de minutos, me lo recuerda. Actúo. Ejecuto un rango de rastreo GPS desde el móvil. Solo necesito su número que grabo de memoria justo antes de ingresar a la app.
Lo siguiente que ocurre ya no es una coincidencia.
Lo siguiente es mi cordura siendo desplomada a medida que mi cuerpo se deja vencer de rodillas al suelo. El móvil se localiza en el mismo punto de la avenida donde vive London. No me preguntes cómo sé donde vive si sabes bien la respuesta. A ella se lo di todo... sin estar a su lado.
Concéntrate.
—Debo llamar a emergencia... —murmuro, viendo la pantalla del móvil donde la nube roja me recuerda la ubicación.
¿Y si no es London?
Vale, ¿qué importa eso?
Alguien está necesitando ayuda.
Se supone que es el ángel... se supone que esa mujer en el bar podría ser...
Me levanto. No estoy haciendo nada productivo al solo hacer deducciones. Hago lo que debí hacer hace minutos. Marco a emergencias; no sin antes buscar las llaves de mi carro y mi billetera. Iré a ese sitio. Debo corroborar que no es ella... debo y necesito saber que está bien además de comprobar que London no es un disfraz.
Soy atendido de inmediato. Explico que una "amiga" llamó necesitando ayuda, porque sufrió un accidente. Describo el tono de su voz y que ya no siguió hablando después de ello. Además de agregar los supuestos datos de la localización. Voy hacia la sala donde está Amy.
—Amy, ve a dormir. —Tomo el control de la tv—. Debo salir de inmediato. —La miro. Ella frunce el ceño en confusión. Ni se imagina que estoy igual que ella en este momento—. Ya sabes que no tenemos que darle trabajo a la señora Lucía en estos últimos días que le faltan de recuperación.
Tuerce el labio.
La miro serio.
Entonces, sonríe.
—Bueno, tío. —Se levanta y aprovecho para apagar el tv—. Me traes helado... —Volteo a mirarla de inmediato. Está detenida en la entrada del pasillo esperando una respuesta—. Siiiiii... —Juntas las palmas de su mano hacia arriba en súplica como si eso me convenciera.
—Bueno. —Y lo hace. Tiro el control en la cama—. Pero ve a dormir.
—Sí, sí, voy volando. —Brinca.
Se da la vuelta y desaparece tras el sonido de sus pies descalzos corriendo a toda prisa.
Salgo como un relámpago del apartamento. La salida del edificio se vuelve tortuosa, ni que se diga del tráfico de las calles. Me desespero. Pito, cambio de carril, me paso uno que otro taxi, pito y pito... así hasta que estoy cerca.
Estoy tan cerca de ser testigo de cómo se puede pulverizar los pedazos de mi corazón ya roto. Es ella. La llevan en la camilla que va por delante de unos paramédicos que salen del edificio donde vive. Bajo del auto.
—¡London! —grito, ni siquiera sé cuántas veces lo hago.
Ni siquiera me importa ser escuchado, porque nada puede calmar el dolor que estoy sintiendo. Aquel que se eleva cuando no logro estar cerca de su ser. Las puertas de la ambulancia son bloqueadas casi en mi cara a mi llegada. Esta se aleja tras el ruido de la sirena.
Se aleja, llevándose a la mujer de mi vida.
No, esta vez no te dejaré sola.
London.
Ya no puedo y ni quiero alejarme de ti.
Aunque ya no sé si realmente te conozco, ángel.
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Siento haberme retrasado con la actualización. No controlo lo que me pase a futuro cuando se trata de eventos imprevistos. Pero aquí está. MAÑANA SIGO ACTUALIZANDOOOO.
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Tú © - [Serie Apariencias] [Libro #3]
RomanceAdvertencia: Debes haber leído Random y London para ingresar a esta obra. Random, ¿Qué puedo decir de él? London, ¿Qué puedo decir de ella? London creyó dejar atrás todo lo que pudiera recordarle a Random. Más de Cuatro años que nada la ata a...