No podría ser más feliz.
Soy yo.
Estoy aquí por arriesgarme. Estoy aquí con su camisa como vestimenta. Estoy aquí, porque ahora no puedo pensar en otro lugar dónde más estar a gusto que no sea su lado.
—¿Ves la nieve? —comenta Random, detrás de mí con sus brazos entrelazos por delante de mi cintura, sujetos ahí, aferrados, haciéndome sentir que tengo su protección.
La luz del día se abre paso entre el vidrio empañado de la única ventana en la cual contemplamos tal hermosa vista.
—Cautiva —digo, extasiada.
—Cae al mismo ritmo en que mis sentimientos van cayendo desahuciados por ti. —susurra, dejando un rastro cálido de besos sobre la piel desnuda de mi cuello que enciende mis alarmas y corrompe la serenidad de la vista como el eminente roce de nuestros cuerpos.
Volteo hacia él, haciendo maniobras para no deshacer su agarre. Deslizo mis manos en sus hombros para ser consciente de su torso desnudo. Y así frente a él, estoy dispuesta a confesarle cuánto lo amo a pesar de que nada de este amor es correcto ante los demás, pero para mí es perfecto. Es lo justo. Es como debe ser. Es lo necesario para mantenerlo o mejorarlo, pero no para arruinarlo. Sin embargo, él me sorprende.
Sonríe.
Sus brazos se van deslizando hacia tomar mis dos manos. Sus ojos no despegan la mirada de los míos. Es inevitable no emocionarme. Es inevitable no sonreír y al mismo tiempo querer llorar. Se empieza a bajar de a poco hasta quedar de rodillas.
—London, ¿quieres casarte conmigo? —Me mira expectante ante mi notorio silencio, y es así como añade: —No tengo el anillo en este instante, pero prometo que lo tendrás. —Roza mis manos con un fugaz beso—. Es aquí, es ahora, es en este preciso instante en que lo quiero todo contigo. No quiero dejar pasar más tiempo para saber que la mujer que amo está dispuesta a caminar por el laberinto de la vida de mi mano, porque la protegeré y la haré feliz a pesar de no ser perfecto. Quiero ver su jodida sonrisa cautivar mis días, tardes y noches. ¿Aceptas? ¿Aceptas a este hombre imperfecto dispuesto a ser perfecto por ti?
Intento decir algo. Siento un nudo en la garganta. Mi corazón se abriga con una creciente manta de emociones que lo impulsa a desear estar fuera de mi pecho y mostrarle a este hombre cómo está latiendo locamente por él.
—Sí —digo, finalmente.
Y todo pasa de prisa.
Él sonríe.
Yo sonrío.
Se levanta entusiasmado y me abraza, terminando por elevarme con su agarre y dándome volteretas por el aire que se acaban como lo hace la felicidad.
Sí.
Así es.
La felicidad se esfuma.
Me inundo de miedo y terror. No es solo por el sonido de la puerta siendo tumbada, sino también es el hecho de que ahora estoy detrás de Random como una niña escondiéndose de los monstruos, aferrando a su espalda. Me da miedo la persona quien está apuntando en dirección a nosotros con un arma y con una expresión colérica genuina en su rostro.
ESTÁS LEYENDO
Tú © - [Serie Apariencias] [Libro #3]
RomanceAdvertencia: Debes haber leído Random y London para ingresar a esta obra. Random, ¿Qué puedo decir de él? London, ¿Qué puedo decir de ella? London creyó dejar atrás todo lo que pudiera recordarle a Random. Más de Cuatro años que nada la ata a...