Capitulo 3: Theia

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Capitulo 3: "Dos coyotes entre tantos lobos"

(Siete años atras...)

Suelto un fuerte suspiro mientras dejo caer mis manos a mi regazo y observo mis uñas mordidas y el esmalte arruinado. Nunca podré dejar este mal hábito.

Veo por quinta vez la hora en mi celular y niego con la cabeza sintiendo las lagrimas en mis ojos.

¿Por que crei que este chico seria diferente? ¡Todos los adolescentes aqui son iguales! Solo se fijan en lo que hay en el exterior. Solo quieren popularidad, no buscan una amistad de verdad.

Suelto otro suspiro limpiando mis ojos y niego con la cabeza. No se ni por que me sorprendo. Me levanto limpiando mi vestido y observo el cielo oscuro. No puedo creer que lo estuve esperando por horas.

Camino sin ganas hacia casa y limpio otra lagrima que cae por mi rostro. Siempre desee tener un amigo que no perteneciera aqui tanto como yo, pero tal vez la unica marginada soy yo, siempre seré yo.

En cuanto veo mi casa, mis ojos se nublan de lagrimas y hago el inútil intento de limpiar mis mejillas. Corro a mi habitación y finalmente dejo salir los sollozos que estuve conteniendo en todo el camino.

***

Como toda una idiota me encuentro sentada en el árbol en dónde nos conocimos. He venido todos los días durante toda la semana pero Noé nunca ha regresado. Al parecer no era tan especial para él.

Me río de mi sarcasmo y saco mi libro de la mochila para comenzar a leerlo. Esta es la primera vez en toda la semana que hago algo productivo y de hecho, la primera vez que realemente he dejado de esperarlo. Simplemente estoy cansada. Estoy cansada de todas estas personas. Estoy decidida en ser un coyote entre todos estos lobos.

No se cuanto tiempo he estado concentrada en mi libro pero al parecer es bastante por que solo quedan unos cuantos chicos fuera de la escuela. Me levanto, guardando el libro en mi mochila y abro los ojos al darme la vuelta.

Aquí está. Frente a mí. Noé me observa detenidamente tanto como yo lo observo a él. Es por eso que me doy cuenta al instante de sus ojeras que logran opacar un poco el brillo en sus ojos azules, de su piel tan palida y enfermiza y de su delgadez.

Frunzo mis cejas y me doy la vuelta para alejarme de él, pero su mano ya esta alrededor de la mía.

-¿Me estabas esperando?-al momento en que la pregunta sale de sus labios, la furia entra en mi pecho ¿Todavía tiene el descaro de lucir esa sonrisa engreída? Siento las lagrimas correr por mis mejillas y las limpio furiosa-Theia yo...-comienza a decir él borrando su sonrisa al ver mis lagrimas.

-Sabes, ni siquiera me interesa escucharte. Se que eres igual a los demas. Ni siquiera sé por qué pensé que tú serías diferente-le interrumpo-No te preocupes, no tienes que inventar ninguna excusa. Te libero de esta amistad no comenzada-me doy la vuelta-¡Y este árbol es mío! Alejate de él-le grito sin voltearme y camino lejos de él.

-No soy como los demas-me dice al oído y suelto un grito.

-¡No me sigas!-digo molesta y un poco sorprendida de que me haya seguido. Debo admitir que los demas aquí no lo hubieran hecho.

-Pero debo explicarte por qué nunca me encontre contigo-dice él hablando agitado como si estuvieramos corriendo en lugar de caminando.

-Ya te dije que no debes inventar ninguna excusa-le espeto molesta y abro los ojos cuando toma mi mano. Nos observamos a los ojos y dejo escapar un suspiro.

Siempre Fuiste Tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora