Capitulo 28: Theia

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Capítulo 28: "Domingo de hombres sin camisa".

Me lanzo en la cama de mi habitación cerrando los ojos y me estiro soltando un pequeño grito de alivio.

Finalmente estamos en Brasil, no puedo decir mucho del lugar ya que llegamos sumamente tarde y solo pagamos el transporte para llegar al hotel.

Me duele todo. Siempre suelo odiar los viajes largos en avión y este fue aún peor por que la presión de tener a Noe a mi lado era horrible, además de que, una chica de aproximadamente nuestra edad venia coqueteando con él y yo tenía que aguantar todo sin soltarle ninguna grosería. Eso me haría ser una entrometida y sinceramente no me interesa para nada lo que haga Noe con otras chicas.

Suelto un quejido levantándome de la cama y abro mi maleta para sacar mi pijama. Mientras saco mi camisa, recuerdo el día anterior que salimos de Nueva York, cuando le dije a Derrick que Noe también vendría, sorprendentemente se lo tomo muy bien. Creí que haría otra escena de celos pero incluso me sonrió y me deseó buena suerte.

Mi corazón recuperó un poco de esperanza por nuestra relación, pero sinceramente no me gustó sentir nada de eso. Deseo ser feliz junto a Derrick y sentir esperanza por que no quiero perderlo, no por que solamente no quiero tener un matrimonio lleno de peleas.

-¿Thea tienes pasta de dientes que me prestes?-suelto un grito tapando mi pecho con la camisa que tengo en mis manos y observo a Noe con los ojos abiertos.

-¡¿Qué haces aquí?!-le grito furiosa pero él solamente me evalúa con su mirada en silencio-¿Como entraste?-le grito de nuevo y eso parece traerlo de regreso. Me sonríe divertido.

-Le rogué a la recepcionista que me diera una llave de tu habitación. Le dije que decidimos tener habitaciones separadas por que queríamos hacerlo todo profesional frente a la doctora, pero que en realidad estábamos por casarnos y queríamos algo de intimidad-el me guiña un ojo y me sonríe haciéndome sonrojar.

-¿Qué no ves que estoy medio desnuda? ¡Vete de aquí!-le grito acercándome a él para abrir la puerta y empujarlo hacia fuera.

-Aún no me has dicho si tienes pasta de dientes que me prestes-me dice resistiéndose y suelto un grito de frustración al no moverlo ni un centímetro.

-Sabes, cuando uno viene de viaje...¡Trae su propia pasta dental!-le grito y el tapa sus oídos-¡Da la vuelta!-el se da la vuelta sin resignar y dudo en destapar mis pechos pero tomo la camiseta que utilizo para dormir y me la pongo con rapidez-Puedes voltear-murmuro y él se voltea sonriéndome abiertamente. Luego frunce el ceño ligeramente.

-¿Por qué tienes puesta tu pijama?-el alza una ceja mientras lleva su mano a mi hombro-Estamos en Brasil. Ponte un vestido sexy para bailar, vamos a escaparnos-toma mi mano guiándome hacia mi maleta y comienza a hurgarla. Me quejo apartándolo.

-Hay que estar despiertos temprano mañana y ya es tarde. Ve a dormir asistente-le digo molesta dandole la espalda dirigiéndome a la puerta nuevamente para abrírsela. Suelto un grito ahogado cuando siento la nalgada, me doy la vuelta lo más rápido que puedo y le doy un golpe en el pecho-¡Imbecil!

-Bien. Pero no dejare que te pudras aquí esta noche. Si no quieres que te dé otra nalgada, ve a cambiarte-me mantengo frente a él con los brazos cruzados y Noé sonríe acercándose a mi-¿Entonces si quieres otra?-ronronea y me sonrojo negando con la cabeza.

Siempre Fuiste Tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora