Capítulo 1: "La ocasión especial"
(Siete años atrás...)
Me acuclillo en el suelo para poder alcanzar el álbum de fotos que está colocado en la repisa inferior del mueble.
Cuando lo alcanzo, me levanto y abro el álbum buscando la imagen en la que mi hermana y yo salimos de bebés. Cuando la encuentro, la saco y la sostengo entre mis dedos mientras la analizo.
Si no fuera una de esas niñas, jamás reconocería quién es quién.
-¿Qué haces? Tenemos que ir a la escuela, mamá está gritando tú nombre desde hace cinco minutos y me está volviendo loca-me volteo para encontrarme con unos ojos verdes como los míos, él mismo color de cabello negro y prácticamente el mismo rostro. Mi hermana gemela Rheia me observa irritada-¿Hola, acaso no escuchas? ¡Vamos!-toma mi mano bruscamente haciendo que el álbum de fotos caiga al suelo pero me aferro a la foto en mis manos.
Ella suelta mi muñeca cuando llegamos a la cocina y ambas recogemos nuestras mochilas para ir a la escuela y corremos al auto de mamá.
Durante todo el transcurso del viaje voy concentrada en la ventana pero cuando nos quedamos atascadas en el tráfico, volteo a ver a mi hermana. Ella viste unos shorts miniatura, una blusa medio transparente y unos pequeños tacones. Típico de Rheia. Ir a la escuela vestida como si fuera la siguiente Barbara Palvin.
Pensándolo bien, todos en la escuela glorifican a mi hermana por su excelente atractivo, su actitud de perra y su habilidad para controlar a todos, lo que te lleva a una sola cosa. Popularidad.
Y yo...yo solo soy la segunda hermana. Me veo a mí misma en el reflejo de la ventana. Mi cabello ondulado parece un nido de pájaros ya que no pude peinarlo, mis ojeras son grandes por el desvelo de anoche gracias al profesor Quentin y su estúpido examen. Incluso me han salido pequeños barritos en las mejillas gracias al estrés y la estúpida fase de adolescencia.
Observo mi ropa. El vestido rosado que llevo puesto es lo mejor de mi en este momento pero los tenis blancos o que solían ser blancos, ya que no los he lavado en mucho tiempo, arruinan todo el atuendo.
Definitivamente nunca seré como ella.
-De acuerdo, llegamos, no se metan en problemas-grita mamá antes de que ambas salgamos del auto.
-Bien, ya sabes las reglas-me dice mi hermana alzando una ceja-No me hables, no me mires, ni siquiera respires en mi dirección. No somos gemelas aquí, no somos hermanas-me señala y hace una mueca-Deberías arreglarte más, tal vez si te parecieras más a mi, te aceptarían en nuestro grupo-me observa una última vez y camina hacia sus amigos ¿Qué sucedió con mi hermana? Realmente extraño los años en los que éramos mejores amigas.
***
Me recuesto en el tronco del árbol mientras dejo el libro en mis piernas, descansando la vista por un momento. Observo a las personas a mí alrededor mientras hablan animadamente o inventan algún juego en este tiempo libre.
-¡Muévete, cara de culo!-escucho gritar a un chico fortachón mientras empuja a otro chico al suelo. Abro los ojos sorprendida-¿Qué, no te puedes levantar marica?-él chico abusivo golpea al otro con el pie-La próxima vez piensa antes de humillarme en clases-lo golpea una última vez y se va caminando.
Inmediatamente corro a ayudar al chico en el suelo, lo ayudo a levantarse y lo llevo hacia el árbol en el que estaba recostada. Llevo mi mano a su rostro para ver su nariz lastimada pero él suelta un quejido desviando la cara.
ESTÁS LEYENDO
Siempre Fuiste Tú ©
RomansaTheia y Noé se conocieron en la escuela y desde ese momento, se convirtieron en los mejores amigos. Ambos sentían atracción el uno del otro en ese entonces, el problema era que Theia no quería arruinar su amistad y Noé, bueno, el aun no entendía com...