Capitulo 25: Noé

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Capítulo 25: "El peor cumpleaños".

(4 años atrás...)

Respiro con dificultad e intento no realizar ninguna mueca al sentir el ardor agudo en mi pecho. Cierro los ojos recostándome en el hombro de Rheia y sigo tratando de respirar.

-Hey, no te duermas. En serio Noé ¿Que quieres hacer en tu cumpleaños?-dice ella sonriendo mientras me recuesto en sus piernas.

-Solo quiero estar contigo-susurro con los ojos cerrados.

-¿Te sientes bien?-asiento con la cabeza abriendo los ojos mientras toso un poco. Me sonrojo cuando escucho la flema en la tos y ella simplemente ríe. La amo.

-Bien, quiero dormir contigo-ella me golpea suavemente en el hombro haciéndome reír-No de esa forma pervertida-le digo para molestarla y se sonroja. Claro, yo si hablaba de esa forma. Pero con mis condiciones físicas, dudo que sea muy posible, y menos en este momento. En los momentos que estamos solos, la mayor parte del tiempo comenzamos con besos y prácticamente tenemos sexo, solo que, aún con nuestra ropa.

Sigo sin comprender la razón por la que Rheia siempre se detiene justo en el momento en el que ambos estamos listos. Digo, yo siempre estaré totalmente listo, incluso aunque esté muriendo. Pero Rheia, veo en sus ojos la decisión tomada, excepto cuando la llamo por su nombre, es ahí cuando veo el arrepentimiento.

Vuelvo a toser con fuerza varias veces y ruedo los ojos. Maldita fibrosis quística.

-Ya, en serio ¿Qué quieres?-ella hace un puchero que tanta ternura me da y suspiro lentamente.

-Solo te necesito a ti ahí. Tranquila, mamá se está encargando de todo-susurro cerrando los ojos nuevamente sintiendo el ardor en mi pecho.
Me siento inmediatamente cuando comienzo a tener el ataque de tos de siempre y llevo el pañuelo que tengo en mi bolsillo, a mi boca. Prácticamente siento todo mi aliento irse y mi garganta arde como el demonio al toser.

-Noé ¿Seguro que te encuentras bien?-pregunta Rheia y asiento cuando dejo de toser, limpiando mi boca con el pañuelo. Palidezco cuando veo la sangre en el pañuelo y aclaro mi garganta-¿Qué?-Rheia alza ambas cejas y río para despistarla.

-Solo quería asustarte-ella rueda los ojos golpeando mi brazo de nuevo.

-Bueno, me tengo que ir-dice ella y me da un beso rápido-Mamá quiere que llegue a comer. Literalmente me está diciendo que me prohibirá verte si no llego en 15 minutos-ambos reímos y ella se despide nuevamente de mí antes de salir de mi habitación.

Me dejo caer en mi cama y alcanzo el pañuelo cubierto de sangre. Frunzo el ceño y cierro los ojos. No ahora, por favor.

***

-Debes decirle hijo-dice mamá totalmente seria.

-No está pasando nada fuera del otro mundo, mamá-ruedo los ojos-Si, hace mucho no tenia una recaída pero me recuperaré. Como siempre-le sonrío pero ella me conoce, sabe que tengo miedo.

-Sabes que tienes que decirle a Rheia sobre tus recaídas. Le dices a Theia lo que está pasando ¿Por que no le dices a tu novia?-ella alza las cejas y me cruzo de brazos.

-No lo entiendes, no quiero que se preocupe. Tampoco tenía pensado contárselo a Thea pero últimamente está distinta. Es decir, esa chica ha cambiado tanto que ni se lo que pasará después-suelto un bufido-Pensé que actuaría como antes, no podría decirle nada de mi enfermedad por que ya estaba preocupándose de más por mi pero ahora, ni se inmuto, es tan raro-niego con la cabeza y ella me sigue viendo seria.

Siempre Fuiste Tú ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora