Capítulo 26

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Reconozco que volver a la residencia después de pasar un día completo con el dios del sexo que era Louis había sido demasiado difícil, sobre todo porque no sabía qué iba a pasar con nosotros a partir de ahora. Sin embargo, lo peor fue cuando llegué a mi habitación y mis amigas no tardaron en bombardearme con preguntas a las que ni siquiera podía responder.

¿Dónde habéis estado? ¿Qué habéis hecho? ¿Besa bien? ¿Sois novios? ¿Cómo es Louis en la cama?

- ¡Doris! - gritó mi amiga alarmada - ¡No quiero saber cómo es mi hermanastro en la cama!

- Entonces sal y te llamamos cuando nos lo haya contado todo - respondió mi mejor amiga.

- Estás bromeando, ¿no?

- No, en absoluto - respondió - quiero saberlo todo.

- ¿Por qué no quieres saberlo tú? - preguntó mi compañera de habitación.

- ¿No es evidente? - contestó Hope - ¡Louis es mi hermanastro!

- Chicas - intervine.

- Exacto. Louis es tu hermanastro, no tu hermano. ¿No te da ni un poquito de curiosidad? - dijo Doris.

- ¡Por supuesto que no!

- Chicas - dije de nuevo.

- Eres una aburrida, Hope.

- Y tú eres demasiado cotilla - respondió ella.

- ¡Chicas! - grité.

- ¿Qué? - dijeron las tres al unísono.

La manera en la que mis amigas me estaban mirando me causó tanta gracia que no pude evitar estallar en una sonora carcajada a la que ellas no tardaron en sumarse.

- Sois unas niñas pequeñas - dije limpiando las lágrimas causadas por la risa que habían en mis mejillas.

- Seremos unas niñas pequeñas, pero ¿vas a contarnos qué ha pasado entre Louis y tú? - respondió mi mejor amiga mirándome fijamente a los ojos.

- Por favor, omite detalles escabrosos - pidió Hope.

- Está bien - respondí - primero, Louis y yo no somos novios.

- ¿Por qué? - preguntó Cléa.

- ¿Entonces no eres mi "cuñastra"? - preguntó Hope.

- Eso suena demasiado feo - respondió Doris.

- ¿Me dejáis terminar? - pregunté.

- Sí - respondieron a la vez.

- Segundo, Louis y yo hemos estado en un hotel.

- ¿Te ha llevado a un hotel? - preguntó mi mejor amiga asombrada - Madre mía qué nivelazo... en la primera cita.

- Técnicamente no ha sido la primera cita - respondí.

- ¿Y cómo es que no nos lo has contado hasta ahora? - me preguntó Cléa.

- Porque no había nada que contar. Solo fueron un par de besos y ya está - dije intentando sonar calmada - y por último, no os voy a contar lo que hemos hecho - añadí viendo las expresiones de disgusto de Cléa y Doris y la de alivio de Hope - pero no os puedo negar que ha sido increíble.

Mi mejor amiga y mi compañera de habitación intentaron sonsacarme información por todos los medios posible, pero ni siquiera un ataque de cosquillas hizo que dijera ni una sola palabra.

- ¡Parad! ¡Parad! - supliqué gritando mientras reía como hacía bastante tiempo que no lo hacía - mis labios están sellados.

- Entonces me imagino que no tendrás hambre - respondió Doris.

Los polos opuestos se atraenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora