El joven almirante.

Trabas en la vida (Desvío de Gwen)

-¡Capitana! ¡Despierte, capitana! ¡Salimos ya!
Vale... Supongo que el Bella Leia está a punto.
-Soryn... vale, ya voy...- retocé.
Soryn corría de acá para allá preparando la nave para zarpar, solucionando detalles, atando cabos sueltos...
R2D2 es un veterano, y ha optimizado el trabajo de reparación, terminando en dos días lo que ocuparía semanas.
Tras todos los preparativos, el Bella Leia estaba listo para ser botado.
-Capitana, ¿estás segura de que quiere ir a por ese almirante?- preguntó Soryn.
Asentí. El amor es el amor. Y yo amo a Darel. Es así, amo a un imperial.
-Hecho.- dijo Soryn.
Entramos en la nave y encendió los motores, que empezaron a zumbar enseguida.
El crucero se elevó y saltó al hiperespacio siguiendo los designios de Soryn y del buscador, donde el comandante introdujo la información del Invicto.
-Bien, capitana, estamos en velocidad de crucero y nos dirigimos hacia el destructor imperial a velocidad constante.- dijo Soryn mirando las pantallas.
-Bien, Soryn.- dije.- Infórmeme de cualquier cambio.
Me di una vuelta por el crucero pensando en Darel. Habíamos hecho el amor, y está claro que me quiere, y yo le quiero a él. Si no hubiese bando alguno, seríamos muy muy felices.
Igual de felices que en aquella noche de Tatooine. Desde entonces he pensado tanto en él...
Su pelo rubio...
Sus ojos azules...
Su inocencia de niño pequeño...
Ay, que mono que es.
Si todo sale bien, le veré de nuevo. Y como está destituido, podremos fugarnos. Espero que no haya respondido porque estaba ocupado con lo del asesinato.
-¡Capitana! ¡Invicto a la vista!- gritó Soryn por megafonía.
El destructor de Darel no ofrecía un aspecto amenazador sin el destructor de Thrawn al lado. A lo lejos vi los restos del Subyugador de Thrawn.
Qué rápido caen los grandes.
"Tripulación del Invicto a Bella Leia"
-Oh, vaya.- Soryn accionó el comunicador.- "Aquí Bella Leia, cambio"
"Intenciones"
"Paz"
"De acuerdo, Invicto corta"
La nave se giró en dirección al crucero, como invitándolos a entrar.
Soryn y yo entramos en el destructor.
Un oficial nos salió al paso con el resto de la tripulación.
-Soy Lyna Rewel, oficial imperial al servicio de Darel Xanheff. Encantada.- dijo el oficial.
-Estamos aquí buscando a Darel Xanheff.- dije.
Los tripulantes se miraron entre ellos, nerviosos.
-¿Ocurre algo, Capitana?- preguntó Soryn apareciendo.
-No... - dijo la oficial.- ¿Axell Soryn?
-Am... El mismo.- dijo.- Espera... ¿Lyna Rewel?
La oficial se quitó el casco.
-Sí.- dijo.
-Capitana... ¿Nos permite retirarnos?- preguntó Soryn.
-Sí, comandante.- respondí.- ¿Y bien? ¿Qué hay de Xanheff?
-Me temo que el almirante ha... renunciado a su cargo.- dijo el gamorreano.
-Eso y que se ha vuelto un Sith.- añadió el zabrak.
-Ah...- musité.- ¿Me disculpan?
Los dos seres asintieron.
Me lancé al baño más cercano, confundida y mareada. Lo del mareo solía pasarme desde más o menos una semana después de lo de Tatooine.
Un Lord Sith...
¿Porqué un Sith?
Ahora ya sí que no.
Me mareé por tercera vez. Esto no es normal.
Curiosamente, una prueba de embarazo estaba en la taza del retrete. Nunca he tenido la necesidad de usarlos, pero... tenía que saberlo.
Estoy harta de mareos.
Mareos, cambios de humor... tengo un mal presentimiento.
Un mal presentimiento horriblemente cierto: positivo. Genial.
Estoy embarazada de Darel.