Artimañas.

45 13 0
                                    

Siempre me he preguntado qué criterio tiene la Fuerza para escoger a aquellos que la dominan mejor que otros maestros.
Relámpagos, estrangulamiento, empuje y atracción... trucos que en un verdadero usuario de la Fuerza, ya sea Sith o Jedi, son armas mortales.
Sin embargo, un Sith o Jedi medio es un enemigo formidable, claro, pero nada tiene que hacer contra un verdadero hijo de la Fuerza como lo fuera Darth Vader.
Y estoy seguro de que Xanheff NO es un hijo de la Fuerza.
Más que nada porque sus informes y análisis de ADN indican trazas de su padre.
Pero... ¿cómo es que domina la Fuerza de esa manera?
En mis años de mando, nunca he visto un inquisidor o Sith de tal poder. Por medio de la Fuerza, desvía disparos de bláster.
Tras unas semanas de entrenamiento, Nixus era capaz de llevar esa capacidad al resto de su torso, ahora tonificado y en forma gracias al adiestramiento de Lord Void.
Listo y fuerte. Las chicas deberían echársele encima ahora.
-Vea mi obra, Sidious.- ordenó Void.- Con la mitad de peso que Lord Vader y con el doble de resistencia al bláster.
-Es increíble, maestro.- dije. No envidio a Xanheff. Tengo mejores cosas en las que pensar como para preocuparme de la forma de un almirante retirado.
-Bien.- dijo entonces Void.- He averiguado que los Jedi tienen un pequeño templo en Mustafar. Al parecer piensan que el clima los fortalece.
A Vader le funcionó.
-Tu misión de entrenamiento: la misma que la de Vader.- dijo Void.- Parafraseando a su abuelo, Sidious, mátalos...
-A todos...- terminé.
Otra matanza Jedi...
-¿Qué hay de la discreción?- preguntó Nixus.
Void hizo un ademán de negación.
-Ya da igual.- dijo.- Ya sospechan de nosotros.
-Perfecto.- susurré.
Con un poco de suerte, pronto Void me dejará mandarlo a matar rebeldes.
-Partirás pasado mañana.- anunció Void.- Medita lo que puedas y lo que sepas.
Dicho lo cual, Void se retiró.
No sin antes llamarme.
-Verá, Sidious...- susurró.- Sé que ambiciona utilizar a Nixus para sus fines. Lo entiendo.
-Gracias, maestro.- respondí.
-No es nada...- dijo el maestro.- Pero de momento has de guardar las formas. Es mi intención enseñarle más secretos de la Fuerza.
Como si pudiera asimilar más.
-Puede.- bramó Void leyendo mi mente.- Y lo hará.
El maestro Sith se fue lentamente.
En otro contexto quizá hubiese ignorado al aprendiz de turno, confiando en que no pasaría de la primera lección, pero éste no sólo había pasado la primera lección, sino que todas las demás.
Con soltura.
En fin...
-Emperador...- dijo de repente Nixus haciéndome una reverencia.
Esto ya me gusta más.
-Levante, Nixus.- ordené.- Demos un paseo.
Nixus asintió y se puso en pie.
Empezamos a caminar por la roca yerta que Void utilizó para entrenar a Nixus.
-¿Es consciente de su poder, Nixus?- pregunté.
-Sí, Lord Sidious.- respondió seriamente.- Espero ser de ayuda para la Orden.
Incluso con el cerebro lavado es un lameculos.
Lo bueno es que el culo que lame es el mío, no el de Void...
Al fin y al cabo, se supone que ambos están bajo mis órdenes.
-Después de la misión continuará entrenando, Nixus.- dije.- Quiero que sea usted un verdadero Lord Sith.
-Así lo haré, Emperador.- dijo el chico.
Ciertamente había ganado mucha masa muscular, y hasta era más alto.
Y está comiendo de mi mano.
Menos mal que el viejo Void no está leyendo mi mente ahora.
Tengo claro que puedo utilizar a Nixus para lo que yo quiera, me profesa una obediencia ciega.
-Sidious...- dijo Void.
-Maestro...- respondí. Mierda, nunca me espero que aparezca.
-Va a acompañar a Nixus a Mustafar.- ordenó pasando por mi lado.- Conviene que sepan convivir juntos.
Dicho lo cual se fue por donde había venido.
Y tanto que acompañaré a Nixus.
Da igual que sea Darel Xanheff, Almirante de Flota o Lord Nixus, sigue siendo mi subordinado.
Mi marioneta.

El joven almirante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora