Una vez todos los droides fueron destruidos, Nixus guardó el sable láser. Sudaba a mares, claro.
-No está nada mal...- murmuró Void.- Sidious, deberías aprender. Esa manía que tenéis los Palpatine de no manejas espadas láser es estúpida.
-Sí, maestro...- murmuré. Qué gracioso.
Void asintió y se giró hacia el que fuera el almirante Xanheff.
-Nixus, me has impresionado.- dijo.- Si todo sale bien, la Orden Sith volverá.
-Deduzco que hay otros Lores Sith por ahí.- dijo Nixus secándose el sudor de la frente. Apuesto a que es la primera vez en su vida que suda.
-Deduces bien.- aclaró Void apartando un droide roto con el pie.- Hay multitud de Lores en la galaxia, a la espera de que la paz se haga realidad para reanudar sus enseñanzas.
-De otra manera, los rebeldes relacionarían a los aprendices Sith con el Imperio, del cual están desvinculados por completo.- añadí.
Algo desvinculado de mi persona. La primera vez que se lo oí decir a Void pensé que estaba loco, pero tenía 16 y no estaba en posición de discutir. Ahora con 22 no cambia mucho la cosa, pero bueno. Cuando subí al trono con 14 nunca pensé que algo escaparía a mi control.
-Tengo que conseguirte un atuendo adecuado, Nixus. Llevas demasiado blanco para mi gusto.- dijo Void.
Tomé nota. Los años me dicen que debo tomar nota de estas cosas.
-Bien. Ahora nos marcharemos a un asteroide lejano a entrenar tu dominio de la Fuerza, Nixus.- anunció Void.- Veo que ya saber manejar la espada.
El asteroide en cuestión se encontraba a un par de años luz de Coruscant. Es una roca, inerte y fea, en medio de la nada. Genial para entrenar sin ser molestado, la verdad sea dicha.
Allí Nixus aprendió y dominó la Fuerza en apenas dos meses.
-Mire, Sidious, a usted le llevó tres años dominar así la Fuerza.- dijo Void señalando a Nixus, que flotaba concentrado levantando una pesada roca sobre él.
-Ciertamente, maestro, la Fuerza es intensa en él.- aduje.- ¿Seguro que no desciende del linaje Skywalker?
Void negó con la cabeza.
-No lo sé.- añadió.- Y creo que nunca lo sabremos. Pocas veces se ve semejante poder, y es una suerte que en las dos últimas veces de esas pocas los Sith nos hayamos quedado a los dueños, aunque en una se lo hayamos quitado a los Jedi.
-¿Así que deberíamos estar agradecidos?- pregunté mientras Nixus hacía orbitar piedras a su alrededor.
-En efecto.- respondió Void.- Sidious, su poder, igual que el de su abuelo, es enorme, pero por todos era bien sabido que Vader tenía más poder que Palpatine I. Y, le duela lo que le duela, Nixus tiene más poder que usted.
-No me molesta, Maestro.- mentí. Quizá no me enfureciese, pero al fin y al cabo no sienta bien ser superado por un listillo de 16 años.
-Miente.- aseveró Void.- Puedo sentir su furia. Es casi mejor.
-¿En qué sentido, maestro?- inquirí.
-La envidia es mala, sí, pero en su justa medida hace que uno saque lo mejor de sí, aunque sea por superar a otro.- razonó Void.
-Visto así...- añadí.
-Todo tiene su buen lado, Sidius.- prosiguió Void.- La ira desata todo tu potencial, el odio te hace concentrar ese potencial y el sufrimiento te hace olvidar todo para centrarte en aquello que te hace sufrir, y destruirlo. Ésa es, en pocas palabras, la esencia del Lado Oscuro.
-A su parecer, si no me equivoco.- aduje.
-Por supuesto.- me secundó el Sith.- No tengo potestad para establecer una ley universal sobre los caminos oscuros, pero sí poder para hacer valer mi opinión...
-Maestro...- llamó Nixus.
-No está mal, Nixus.- dijo Void.- No está nada mal.
Quizá sienta envidia, pero sé que Nixus será una grandísima baza para los Sith.
Y, con un poco de suerte, será mi baza.
-Eres ambicioso, Sidious.- dijo Void leyendo mi mente.- Me gusta. La ambición te hace autosuperarte sin importar los medios.
-Gracias, maestro.- respondí.
Siempre olvido que Lord Void es capaz de leer mentes, igual que es capaz de succionar la fuerza vital de los seres vivos. Es un Sith extremadamente poderoso que no ha intervenido hasta hace poco, cuando el Imperio se disolvió momentáneamente con la Primera Orden para luego volver en su máximo esplendor.
Nixus, por lo que parece, maneja la espada de forma brillante y es capaz de hacer trucos básicos de Fuerza: levantar, mover, romper, estrangular... Aparte, parece que es capaz de repeler disparos de bláster con la Fuerza, y de llevar esa capacidad a su torso.
No está mal para un chaval de 16.
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El joven almirante.
FanficEl Imperio Galáctico ha ganado y domina la galaxia. En tiempos de relativa paz, el joven Darel es un graduado de la Academia de Prefsbelt IV ascendido a Almirante de Flota por el mismísimo Thrawn con la prometedora edad de dieciséis años. Pero, ¿ser...