En la sala de meditación del Palacio Negro reinaba el máximo silencio.
Una vela negra iluminaba con su débil llama el rostro del joven más poderoso de la galaxia: Palpatine II.
El Emperador suspiró.
-Según los informes, Gwendolyn sigue viva pero incapacitada.- dijo.-Incapacitada, pero no muerta.
-¿Cómo supo que estaba aquí?- preguntó Nixus.
-Oh, Nixus, deberías saber ya que yo lo sé todo...- respondió.- Todo lo que pasa, pasó y pasará lo conozco.
-No sea arrogante, Sidious.- terció Void.- La omnisciencia es cosa de maestros.
Palpatine II se levantó.
-Mis disculpas, Lord Void.- dijo.- Tengo que afinar unos planes...
-Adelante.- dijo Void.
Cuando Sidious se hubo marchado, el maestro Sith se levantó y miró a Nixus.
-Querido Nixus.- dijo.- Quizá no vea tan bien como hace cincuenta años, pero hay una cosa que sí veo...
-¿Cuál, maestro?- preguntó Nixus.
-Eres precoz, en ocasiones demasiado.- reflexionó Void.- Pero lo que me interesa de ti es tu pasión.
-¿Pasión?
-Pasión. Una pasión que dedicas a aquello que haces, sin importar lo que surja, lo haces. Y lo haces bien.
Void hizo flotar la vela.
-Sabes más de la Fuerza que cualquier aprendiz al que haya tomado.- dijo.- A tu nivel, Sidious era arrogante, prepotente, pero tenía menos destreza que tú.
-Es un honor.- respondió Nixus.
-Puede.- continuó Void.- Como sabes, el Lado Oscuro posee sus propios secretos de la Fuerza. Entre ellos los relámpagos de los Palpatine o el estrangulamiento. Pero a lo largo de los milenios, la Fuerza en el Lado Oscuro ha desarrollado muchos más usos.
-Entiendo.- dijo Nixus.
-Entiendes. Ya veo.- prosiguió el maestro.- El caso es que Sidious ha aprendido uno de los mayores secretos de la Fuerza jamás guardados.
-¿Cuál?- preguntó Nixus.
-Ese interés me gusta.- dijo Void.- Ese secreto es algo muy muy poderoso. Tanto que el uso continuo de este poder puede tener consecuencias fatales. Palpatine II es capaz de detener el tiempo.
Nixus quedó boquiabierto.
-¿En serio?- preguntó.
-Completamente.- respondió Void.- Es un uso de la Fuerza que requiere un dominio total de la Fuerza, el cual creo que has alcanzado.
El juvenil rostro de Nixus se iluminó.
-¿Significa eso que aprenderé a detener el tiempo?- inquirió.
-No, no...- respondió el maestro Sith.- Para ti tengo otra cosa reservada...
Void quedó un rato pensativo antes de hablar de nuevo.
-Tengo pensado enseñarte a alterar la realidad.- dijo al final.
Nixus se quedó un rato pensando, intentando abarcar el alcance de tal poder.
-La realidad, Nixus, espacio y tiempo. Aparecer en cualquier lugar en cualquier época y deformar lo que veas a voluntad.- dijo Void.- Pero has e saber que eso implica una total devoción a la Fuerza. Necesitas tener una imagen sobre la que fundamentar tu ánima para no derrumbarte en plena lección.
-¿Una imagen mental?- preguntó Nixus levantándose.
-En efecto.- respondió Lord Void.- Algo que sea lo más indispensable en tu vida, presente o pasada, que permita poner tu cordura en juego y poder ganar.
-Así que eso...- dijo Nixus.
-Una mujer es válida, Nixus.- dijo Void leyendo su mente.- Mientras la ames, no hay problema.
-¿Ni aún siendo ella?- preguntó el aprendiz.
Void sonrió.
-No importa.- dijo.- Te recuerdo que soy imparcial en esa guerrita que tenéis vosotros los hombres políticos.
-Está bien, Maestro.- respondió Nixus haciendo una reverencia.
-¿Listo, Nixus?- preguntó el Lord Sith yendo hacia la puerta.
-Sí, Maestro.- dijo Nixus con la imagen de la única mujer a la que nunca amó: Gwendolyn Mass
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El joven almirante.
FanficEl Imperio Galáctico ha ganado y domina la galaxia. En tiempos de relativa paz, el joven Darel es un graduado de la Academia de Prefsbelt IV ascendido a Almirante de Flota por el mismísimo Thrawn con la prometedora edad de dieciséis años. Pero, ¿ser...