En la base rebelde en Tatooine, la ya recuperada del todo Gwendolyn Mass dirigía las operaciones de preparado y coordinación con otras bases rebeldes.
La estrategia había cambiado. En vez de conquistar planetas para la causa, la Alianza Rebelde tenía un objetivo claro: Coruscant.
Tomar el bastión imperial por antonomasia y colocar la enseña rebelde en lo alto del Palacio Negro era el único objetivo actual del alto mando rebelde.
Con Leia y Mass en Tatooine, Wybel en Hoth y Soryn en Mon Calamari, la coordinación era clave.
Las noticias del ataque de Endor por parte del almirante Archibald y la masacre del cártel de Jaubb pillaron por sorpresa a los rebeldes. Endor no era una base de importancia, pero el hecho de que 150 rebeldes murieran a manos de un único imperial dejó la moral por los suelos.
Aunque la recuperación de la capitana Mass había levantado la moral de una forma espectacular. En los informes la llamaban La Superviviente.
Mientras, Yuvin entrenaba en lo que quedaba del templo de Mustafar, custodiado por un contingente de armamento rebelde, por si las moscas.
-Capitana, he conseguido 150 cruceros Mon Cala para la causa.- informaba Soryn. "La causa" era la gran operación NeverMind, disimulada como una mera misión de liberación.
En Mon Cala, Axell Soryn había negociado largo y tendido con los pilotos autóctonos y con sus ingenieros a fin de poner su flota al servicio de la Alianza. Si la operación fallaba, el planeta quedaría expuesto, pero había que correr ese riesgo.
-Explosivos de la base de Hoth recogidos, capitana.- dijo Wybel. En la base del planeta helado estaban las mayores reservas de explosivos, granadas térmicas y de impacto, implosionadores térmicos y cápsulas de antimateria de toda la Alianza. Haber perdido esa base secreta habría sido un duro golpe para la Alianza y una razón de depresión para el artillero Xanheff.
-Bien, señores, quiero las naves y los explosivos en Tatooine ya.- respondió Gwen.- Tenemos tiempo para aprovisionarnos y esperar a que llegue la infantería.
Mientras su hermano revisaba el estado del escuadrón Pícaro, Gwen bajó a los cuarteles a animar a los soldados.
Aunque aquella operación podía llevarles a la muerte con facilidad, todos parecían estar ansiosos por empezar.
Gwen sopesó las consecuencias que tendría el fracaso de la Operación Nevermind.
Uno: la flota Mon Cala en su conjunto se iría a hacer puñetas y el planeta quedaría desprotegido hasta que pudiesen fabricar más cruceros.
Dos: en caso de derrota era más que probable que el Imperio tomase prisioneros, lo que a la postre llevaría a la aniquilación del movimiento.
Tres: todas las esperanzas de la población puestas sobre la Alianza Rebelde se irían a hacer puñetas.
Pero había que correr el riesgo.
Todavía existe la posibilidad de que Darel recapacite y colabore con la causa, aunque sea contra la nación que lo vio nacer y reconoció su talento. Pero lo haría por Gwen.
O eso esperaba ella.
El problema de Darel tenía a Gwen sin dormir. Mil y una noches había soñado la oficial que el jovencito almirante de ojos azules volvía a verla y a fugarse con ella. Pero nunca pasaba.
Sin embargo, Gwen estaba convencida de que aún sentía algo por ella.
Un mensaje interrumpió sus divagaciones.
"Aquí Mustafar. El Jedi Yuvin dice haber completado su formación y se declara Jedi en todo derecho. Volvemos a Tatooine. Mustafar fuera."
Aquello era bueno. Si Yuvin estaba de su lado, aún tenían una posibilidad. Aún en su juventud, el chico tenía un control impresionante de la Fuerza.
Podía medirse con Darel sin dudarlo.
-Hey, Gwen, el Pícaro está listo para partir.- dijo de repente Mikael.- Cuando mandes, hermanita.
-Genial, vamos.- dije.
De camino al hangar, su hermano la detuvo.
-Oye, enana.- me dijo seriamente.- Como tu amorío por el imperial te impida pilotar en condiciones yo mismo tiraré abajo tu jodido caza.
Tragó saliva. Era cierto, era más que probable que ver a Darel hiciera que toda su capacidad de raciocinio se fuese a hacer puñetas.
-Está bien...- murmuró. Luego tragó saliva y con más valor añadió Pilotaré como jamás he pilotado.
Mikael sonrió y le revolvió el pelo a su hermana.
-Esa es mi hermanita.- dijo poniéndose el casco y colocando a Bessie.
Para la ocasión, R2D2 se prestó a apoyar a Gwen como astromecánico de su caza hasta que tomase tierra.
Tras colocarse el droide, Gwendolyn se puso el casco, retransmitió la orden simultánea de despegue y arrancó los motores.
La Operación Nevermind daba comienzo.
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El joven almirante.
FanficEl Imperio Galáctico ha ganado y domina la galaxia. En tiempos de relativa paz, el joven Darel es un graduado de la Academia de Prefsbelt IV ascendido a Almirante de Flota por el mismísimo Thrawn con la prometedora edad de dieciséis años. Pero, ¿ser...