A solas contigo
Veo como se acerca uno de los encargados de seguridad a traerme la bata de baño que necesitaba para cubrir mi cuerpo. A decir verdad me encontraba en un momento realmente incomodo junto al resto de las chicas. Usualmente cuando nuestros cuerpos cambian a su forma humana natural es incómodo convivir con el hecho de que somos animales y que al convertimos tendemos a perder la ropa que estemos utilizando en el momento, todo esto debido a la fuerza con la que nuestro cuerpo animal se hace presente.
Al recibir la bata de baño veo como las chicas aún están tan incomodas como yo, mientras que para Demiam todo parece estar en perfecto estado, se le veía muy tranquilo y relajado como si no nos hubiese visto a ninguna desnudas, como si se tratara de algo totalmente normal.
-Señor-dijo la morena muy apenada-nos iremos de aquí con estas batas-pregunto roja como un tomate.
-Si pero no se preocupen los de seguridad las dejaran a todas en la puerta de sus casas, no se preocupen por eso-dijo relajado.
Gracias a la diosa luna no tendría que salir de aquí semidesnuda, ya me sentía demasiado apenada como para pasar una segunda pena delante de las personas que hacen vida en el pueblo.
-Muchachos pueden retirarse y dejarlas a cada una en sus casas por favor-indico Demiam a los de seguridad-por favor que lleguen a sus respectivos hogares sanas y salvas.
Cuando estoy a punto de seguir a los de seguridad, siento como una mano agarra parte de mi antebrazo delicadamente y por las sensaciones del momento caigo en cuenta que se trata de Demiam impidiendo mí huida del jardín.
-¿Para donde vas?-pregunto sonriendo.
-A mi casa creo.
-Puedes quedarte hoy conmigo-soltó sin más mirándome fijamente.
-No, no creo, debo llegar a mi casa-le conteste tratando de esquivar su mirada.
-Me gustaría hablar contigo a solas unos minutos, por favor.
Sin importarle mi respuesta me volvió a tomar del antebrazo para guiarme al interior de la mansión real donde la gente parecía estar realmente ocupada, corriendo de un lado a otro muy alterados.
-¿Paso algo?-pregunte curiosa.
-Sí, la idiota de Isabella no está aquí desde ayer-me comento, mientras me indicaba el camino a las escaleras que tanto llamaron mi atención desde la primera vez que entre a este lugar.
Sorprendida por las palabras de Demiam lo seguí cuidadosamente por las largas escaleras tratando de olvidar la situación de Isabella y más si mi hermano también estaba comprometido en este loco desastre.
Demiam era bastante posesivo cuando se trataba de ella y me daba miedo que mi hermano se viera perjudicado por ese hecho nuevamente en menos de dos días. No sabía cuántas cosas pasaban por la cabeza del hombre a mi lado como para que de forma tan entregada cuidara de su hermana, cuestión que llamaba fuertemente mi atención. Por momentos llegue a pensar que era capricho de él pero cuando vi sus ojos aquella vez sentí que había miedo en ellos como si quisiera cuidar de su hermana tanto que podía hacerla ver como una pequeña flor.
-Demiam-lo llame mientras subíamos las escaleras, teniendo su atención por un momento-Nunca piensas en lo enfermizo que es tu comportamiento con la señorita Isabella-le dije curiosa.
-No-me contesto con mucha seguridad dejando de subir escalones para brindarme una poderosa y seria mirada-Como Alpha de esta familia me ha tocado vivir muchas cosas y ya casi la pierdo una vez, no quiero que vuelva a pasar de nuevo.
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El Trono de Queenstown © ✔ - Editando**
WerewolfHace algunos años mi familia comenzó a educarme sobre la existencia de creaturas sobrenaturales que también habitaban en el pueblo de Queenstown donde nuestros antepasados por seguridad a nuestra especie comenzaron hacer sus vidas, sobre todo porque...