Capitulo 21

16.7K 1K 38
                                    


Arrebatos extraños

Eran las dos de la tarde y justo íbamos a dar comienzo al entrenamiento que Isabella tenía preparado para nosotras el día de hoy. Para nuestra suerte no tuvimos que estar junto a la señorita Isabella cumpliendo con sus actividades. Hoy era un simple y sencillo día de entrenamiento para no perder la costumbre y nuestras labores del día.

-Esto será sencillo Megan-dijo el entrenador-Dos golpes, intervención, bajas y de nuevo dos golpes-explico, haciendo la demostración-¿correcto?

-Perfecto-dije mientras me agarraba el cabello en una cebolla alta.

Di dos golpes en el guante redondo que el entrenador estaba utilizando. Intervino pasándome el brazo por la cabeza, mientras yo me agachaba. Volví a repetir golpeando en esta oportunidad dos veces la mano izquierda. Seguí el ejercicio dándole repetidos golpes a cada mano. Hasta que de un momento a otro comencé a sentir un fuerte dolor de cabeza, provocando que me mareara un poco. Decidí ignorar el hecho y seguir con el entrenamiento sin que nadie notara mi malestar.

Después de un buen rato haciendo ejercicios de boxeo Isabella decidió que ya era oportunidad de experimentar con el armamento que generalmente utilizaban las mujeres protectoras del Alpha.

-Chicas-nos llamó-para mí es un placer por fin entrenarlas para que se adapten al armamento que utilizan las mujeres protectoras del Alpha en momentos de gravedad. Para esta familia siempre fue de gran importancia armamento pequeño para que los atacantes no notaran que las mujeres también tenían algo con que defenderse. A diferencia de los hombres ellos hacen uso de otro tipo de armamento más pesado. Esto es necesario para las ocasiones en las que estamos siendo atacados en nuestro cuerpo humano. Sabemos las facilidades que tenemos al estar en nuestro cuerpo animal y en nuestro estado más letal. Pero no siempre en los ataques nos da tiempo de hacer una pronta transformación. Así que para eso es esto-explico-vamos-indico.

En un extremo del jardín se encontraban tres hombres de la seguridad principal de Isabella protegiendo el área donde estaban cinco tablas con círculos rojos en el medio de ellas. Separada por unos metros estaba una mesa con los armamentos que estaban dispuestos para nosotras. Habían cuchillos de todos los tamaños y hasta pistolas. Con las chicas todas estábamos impresionadas ya que nuestros entrenamientos anteriores siempre fueron en otros aspectos.

-Esto es seguro-intervino una de las chicas.

-Si-rio Isabella-Puede que esté un poco loca pero amo esto-volvió a reír-por lo general Demiam siempre tiene ataques cuando estoy entrenando con estas-dijo, tocando las herramientas en la mesa-pero no le digan que les comente.

-Escuche perfectamente-intervino de repente el dueño y señor-voy a ignorar el comentario. Comiencen las quiero ver.

Ignorándolo completamente. Comienzo a seguir las instrucciones de Isabella. Nos comentaba que debíamos ubicarnos justo detrás de la mesa y agarrar un cuchillo de los más pequeños para hacer el primer tiro al punto rojo ubicado en el medio de la tabla frente a nosotros.

-Bien-dijo ella-ahora hagan el primer tiro a ver cómo les sale. Después yo les explico cómo es realmente.

Agarre un cuchillo pequeño de mango plateado para hacer el primero tiro. Estaba tratando de ignorar la mirada tan penetrante que estaba recibiendo de Demiam justo en el momento que se suponía debía hacer un tiro perfecto.

Mire fijamente el punto rojo de aquella tabla y sin nada que me temblara en el cuerpo di el primer tiro. Ubicándolo en el redondo rojo, haciendo un tiro perfecto. La adrenalina en cuestión de segundos se había apoderado de mí y sentía como mi animal interno comenzaba hacerse cargo de mi cuerpo humano.

El Trono de Queenstown © ✔ - Editando**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora