Capitulo 30

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Ahora puedes reclamar el trono

Al despertar me doy cuenta que me encuentro acostada en el mueble de la sala de mi casa con Demiam sentado en el piso a mi lado con el rostro bastante cansado y diría que con una expresión de preocupación bastante notoria.

-¿Te pasa algo?-susurre agotada-Estas horrible.

-¡Despertaste!-soltó rápidamente poniéndose de rodillas agarrándome del rostro delicadamente-Me iba a volver loco-susurro.

-¿Qué paso? ¿Morí? ¿Dónde están mis padres? ¿Sebastián?-soltó preocupada, ocasionando que el lugar afectado en mi torso doliera fuertemente-Esta porquería me duele-me queje-¿Es eso normal?

-¿Dime por favor que te acuerdas de lo que paso?-ignorando mis anteriores palabras.

-¿Lo de los vampiros?-cerrando los ojos por la impotencia del recuerdo-Perfectamente lo recuerdo.

-Tus padres están con Isabella en la habitación, ella los está informando sobre lo que ha estado pasando contigo durante todos estos días-dijo, mientras volvía a sentarse en el piso-Pensé que les habías comentado antes Megan.

-No me hagas volverte a repetir lo mismo de siempre Demiam-solté tajante.

Me sentía cansada como si quisiera dormir por un mes eterno. Recordaba perfectamente lo que había pasado con mis padres, sintiéndome mal conmigo misma por sin querer inconscientemente haberlos metido también en esto. Desde aquel dia con Sebastián en la mansión me había obligado a mí misma a velar por la seguridad de ellos tres sin importarme nada pero ayer por momentos casi fallaba. Al sentirme tan impotente en aquella situación me juzgaba, pensando que sin mi cuerpo animal tal vez sería siempre inútil hasta que el hecho de verlos a esos desgraciados hacerle daño a los míos me lleno de tanto poder que estaba segura que podía acabar con muchos de ellos en solo segundos.

Toda la situación me estaba consumiendo internamente tanto que ni siquiera quería hablar sobre lo que había pasado. Ayer había decidido matar sin piedad al frente de mis padres, provocando en ellos terror y más preocupación sobre lo que estaba pasando conmigo.

-Solo quiero saber porque no les dijiste a tus padres sobre tu evolución.

-Demiam-suspire-No es tan sencillo volver a casa y decirle a tu familia, hey me estoy volviéndome loca saben-lo mire fijamente-Y esto puede tal vez ponernos en peligro como familia-dije sarcástica-Créeme en serio, no es tan sencillo. Además ellos dieron conmigo porque supuestamente tenían tres meses vigilándome, peor aún-dije, cayendo en cuenta de lo macabro y sucio que aquello se escuchaba.

-Siéntate-me ayudo el-Sé que es muy pronto para que lo sepas pero el cuerpo tienes que irlo a entregar tu Megan.

-¿Perdón?-solté, tocando mi adolorida herida.

-Tú lo mataste y tienes que hacerte cargo de tus actos. Es un momento perfecto para que por fin pactemos con ellos la paz de nuestros pueblos Megan es la oportunidad perfecta para que Queenstown por fin sea libre de la caza que tienen contra nosotros.

-Espérate-le hice seña con la mano-¿Estás dándome un discurso político?-reí sarcástica-Déjame adivinar-pause-Tú quieres sacarle provecho a esta situación ¿cierto?-volví a reír-Que asco Demiam-solté despectiva, hablándole desde el dolor y la rabia que estaba sintiendo-La desgracia de mi familia no te va a posicionar como el hombre más diplomático de todos, ni el más honesto, ni el luchador, ni el más real. Discúlpame que te lo diga de esta manera pero el afectado no fuiste tú precisamente, ni tu madre, ni Isabella, ni la misma mansión Demiam-continúe-¡Fue mi casa, mis padres, mi hogar, la integridad de ellos estaba en peligro Demiam! ¡Y donde mierda estaba tu gente, se supone que ellos deben cuidar al pueblo! ¡Entiendo perfectamente que son cosas que pueden pasar sin previo aviso! ¡Pero si yo no hubiese llegado, dime que sería de ellos! ¡Les estaría haciendo una ceremonia en el bosque! ¡Si quiera has pensado en eso! ¡Maldita sea!-grite.

-¡Nada de lo que te ha pasado últimamente ha sido mi culpa Megan!-refuto-¡Siempre me estas dejando como el malo en todas las situaciones! ¡Yo no tengo culpa de que tu vida cambiara tan radicalmente! ¡He estado aquí para brindarte mi apoyo en todo lo que necesites! ¡Pero tú ni siquiera en todo este tiempo has sido capaz de verlo! ¡Me he esforzado por nosotros Megan y tú solo me miras como si yo fuera el malo en todo esto!-grito exaltado, poniéndose de pie.

Después de escucharlo gritar de aquella manera. Fue que por fin caí en cuenta que tal vez los acontecimientos de mi vida, no se deben ni siquiera al hecho de que me encuentro relacionada a él como mi mate, si no al hecho de que simplemente recibí un don de parte de la diosa luna, sin siquiera yo haberlo pedido. Era una situación que tenía que asumir a partir de ahora solo yo misma y más después de todo lo que había pasado con mis padres y conmigo misma. Pero también luego de experimentar todo esto había quedado con las ganas de querer hacer justicia por mi familia y todas las familias del pueblo de Queenstown que pueden estar expuestas si no se trata de hacer algo para unir al mundo sobrenatural de una vez por todas. Sonaba contradictorio que yo misma estuviese de acuerdo con la propuesta de Demiam después de que mi familia fuese la expuesta pero tenía que hacer algo y quería atribuirme ese derecho.

-Lo siento-dije bajando la cabeza apenada-Solo que esto me está volviendo loca Demiam, ya no sé qué hacer-mirándolo fijamente con los ojos llorosos-Me siento agotada, no sé qué más hacer, tengo miedo-admití-Desde lo que le paso a Sebastián solo quiero entrenarme cada dia mas para que cuando algo pase simplemente yo pueda hacerme cargo sola de la situación sin que ellos corran ningún peligro. Todos los días soñaba con que un momento así pasaría-llore-Ver a mis padres en esa situación me consumió Demiam, tanto que llegue al punto de no sentir nada cuando los mate, lo disfrute y eso me aterra. Sé que somos animales pero verme en mi estado más animal me hace sentirme asqueada de mi misma.

Luego de haberme desahogado tan repentinamente lo único que hacía era llorar y sentir el dolor en la herida cada vez de forma más intensa. Con el pasar de los días en los entrenamientos me había hecho más fuerte hasta el punto de aprender a no sentir nada en el momento de estar en un duelo con un lobo o alguna otra especie, aquello me había ayudado tanto a controlar mis emociones que llegue al punto de no querer sentir nada y comportarme como una persona fría y directa. Hasta hoy, que solo quería dedicarme a llorar y tratar de aclararle a mis padres con mis propias palabras todo lo que había pasado.

-Escúchame bonita-sonrió Demiam, acercándose a mi rostro limpiándome las lágrimas-Tienes que tratar de superar todo esto que está pasando, entiendo que todo ha sido muy repentino para ti-continuo-Solo tienes que tratar de asimilarlo-dijo mirándome delicadamente-Déjame por favor ayudarte Megan.

-Bien-susurre, aun desgastada.

-Tal vez no sea el mejor momento pero tienes que saber que debes entregar el cuerpo y después de aquello reclamar el trono de Queenstown-me soltó directo.

-¿Ah?-dije sorprendida-¿Cómo que reclamar el trono?

-Es lo que trataba de decirte antes de que perdieras el control-explico tomándome delicadamente las manos, dejando leves caricias en ellas-Es primera vez que un hombre lobo mata a un líder de los vampiros, ahora tienes la posibilidad de dominar ambas sociedades sobrenaturales. No es algo normal que ocurra pero tuviste la suerte por decirlo de alguna forma.

-No entiendo.

-En nuestra especie cuando matas a un Alpha automáticamente adquieres el poder de aquel cuerpo animal que dejas sin vida-escuche asintiendo porque conocía perfectamente el hecho-pero cuando matas por completo a un líder de una especie diferente a la tuya tienes la oportunidad de reclamar esa sociedad. En nuestro caso como lobos nunca antes esto había pasado y menos estando en tu estado más humano Megan. Eres la primera en controlar esto. Ayer tuve la oportunidad de inclinarme ante ti por esta misma razón, me brindaste la oportunidad de ver lo que tanto señalaban los libros que en algún punto podía pasar.

-¡No entiendo Demiam!

-Ahora si tienes todo para dejarme fuera del poder. Tienes el poder destinado para ti por la diosa luna, adaptaste tu cuerpo humano tal cual a como si fueses un animal y mataste al líder de una especie. Somos animales Megan y luchamos por supervivencia. Ayer tus circunstancias fueron diferentes pero no fuera de lo que dice la historia.

¡Me voy a desmayar! Era demasiada información pasando por mi cabeza rápidamente. ¿Ahora podía reclamar el trono? ¿Solo por haber matado a un líder? ¿Desde cuándo es esto posible? Definitivamente nuestra especie tenia demasiados secretos y ahora me tocaba a mi hacerme cargo de lo que había pasado aquella noche. 

El Trono de Queenstown © ✔ - Editando**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora