Es Demasiado
¡Todo esto es tu maldita culpa! ¡Que tienes para decir ahora!-ladro-¡Tu maldito alrededor pone en peligro a mi familia! ¡Entiende que si pierdo a la persona más importante para mí te voy a matar Demiam! ¡Te lo juro por la diosa Luna! ¡Te va a doler Demiam Thomson, tanto como él lo está sufriendo!-gruñe, mirándome fijamente.
¡Todo tiene una explicación!-ladre.
¡No Demiam, entiende que en esta situación nada tiene una explicación!-ladro Isabella interviniendo-¡Nada tiene una explicación diplomática, nada tiene que ser pacifico en estos momentos! ¡Tenemos que declarar la guerra Demiam!
¡Tengo mucho que perder esta vez!-gruñí-¡Te tengo a ti, la tengo a ella, tengo a mama, tengo a un pueblo entero! ¿De verdad piensas que declararle la guerra a Russcov tiene sentido para nosotros? ¡Si quiera te pusiste a pensar en si volveremos a estar tranquilos en días!
¡Que mierda estas diciendo Demiam! ¡Estoy perdiendo a mi hermano y tú solo piensas con la cabeza de un maldito gobierno! ¿De verdad?-gruño Megan, frunciendo la frente desafiante y posicionándose frente a mí-¡Te lo voy a volver a repetir, arréglalo o yo misma te mato!
Me iba a volver loco la mansión estaba llena de cuerpos y sangre por todos lados. Mi hermana y mi mate desesperadas por la pérdida de la persona que ellas quieren. Y mi mente explotando por todas las decisiones que tenía que tomar a partir de ahora para que todo no fuese un total caos en el pueblo. Estaba seguro que de aquí en adelante las cosas cambiarían e iba a necesitar contar con más personas para no morir en el intento.
¡Sácalo de aquí!-ladro Isabella-¡No lo quiero ver! ¡Llévalo al santuario! ¡Sabes que el único que puede resolverlo eres tú!
Con millones de cosas revolviéndome la cabeza, decido hacerle caso a Isabella y tomo el cuerpo sin vida por la nuca para llevarlo al santuario. En cuatro patas cuidadosamente caminaba hasta mi oficina. Al entrar camino hasta el escritorio poniendo una de mis patas debajo de la silla para que la puerta secreta que estaba detrás del escritorio se abriera. Entre decidido bajando las escaleras hasta aquel lugar dejando al lobo castaño sin vida en la cama de piedra que estaba en el medio del religioso espacio.
Para la diosa luna los lobos éramos sus hijos habitando en un cuerpo ajeno, es decir, nuestro cuerpo en su forma más humana. Para ella lo más importante era como lobo o como Alpha darte las herramientas para que puedas ser un lobo fuerte para la protección de tu grupo familiar o en el caso del Alpha, de una manada entera.
La diosa luna era nuestra protectora ante todo pero cuando se trata de morir, sus libros señalaban que solo había una forma para devolverle la vida a la persona con tal carencia y era entregándole parte de tu alma al cuerpo que necesitará de espíritu para vivir y quedando sin posibilidad en caso de ser atacado y no puedas vivir. Para hacerle esta petición a la diosa luna el único que puede tener la dicha de comunicarse con ella es el Alpha experimentado de una manada. Es por esto que considero que hacerlo yo con tan poca experiencia sería un total suicidio. Aunque no me importaba arriesgarme por alguien y más si se trata del alma de mi mate y el mate de mi hermana.
Cansado de tanto pensar en todo lo que viene de aquí en adelante, vuelvo a mi cuerpo humano de forma que quedo como la diosa luna me trajo al mundo. Subo las escaleras para estar nuevamente en la oficina. Agarro ropa que siempre tenía en una de las gavetas de mi escritorio y finalmente me dispongo a salir de la oficina encontrándome con dos delgados cuerpos acercándose a la oficina.
Megan e Isabella venían completamente duchadas y muy serias según lo que su semblante me dejaba ver.
-¿Lo dejaste en el santuario?-pregunto Isabella tajante.
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El Trono de Queenstown © ✔ - Editando**
WerewolfHace algunos años mi familia comenzó a educarme sobre la existencia de creaturas sobrenaturales que también habitaban en el pueblo de Queenstown donde nuestros antepasados por seguridad a nuestra especie comenzaron hacer sus vidas, sobre todo porque...