Capitulo 25

13.4K 744 10
                                    


Demiam el entrenador

Ayer habíamos tenido un dia bastante especial. Con Demiam las cosas se habían ido dando bastante bien, después de volver de aquel viaje exprés a la ciudad volvimos a Queenstown específicamente a la mansión donde terminamos nuestra placentera conversación con una cara botella de vino blanco hasta las dos de la mañana. Hablábamos sobre la increíble doble vida que llevaba mi hermano, un magnate en la ciudad y un plebeyo más en Queenstown, sobre los padres de Demiam, los cambios de Isabella estos últimos días por la pérdida de memoria de Sebastián y hasta terminamos hablando de los costosos vinos que a la familia real les gustaba ofrecer para ocasiones especiales.

El dia de ayer me había hecho pensar mucho sobre mi extraña actitud con Demiam, él estaba siendo una persona muy comprensiva y amable, mientras que yo en mi caso solo seguía oponiéndome a todo lo que él me estaba ofreciendo en el reino. Para ser aún más honesta conmigo misma, creía fielmente que era posible forjarme una reputación por mi propia cuenta, sin necesidad de ser la luna de un pueblo completo. Que aunque no quiera a veces creo que es mi único destino dentro de este tan extraño estilo de Gobierno.

Eran las tres de la tarde y me encontraba sentada en el jardín esperando por Demiam para nuestro entrenamiento, que se había postergado para esta tarde por unos compromisos que debía cumplir hoy con Julián y su madre.

-¿Estas lista?-intervino el castaño de ojos azules.

-Se dice hola-dije odiosa-Y estoy lista.

-Hola bonita-dijo sentándose a mi lado-¿Amargada hoy también?-pregunto riendo.

-Que ridículo-reí parándome, tendiéndole la mano-vamos.

Gustosamente él había tomado mi mano, guiándome hasta el mismo lugar donde fue el entrenamiento de armas para mujeres. Rebobinando en mi cabeza la escena de aquel dia.

-Bien Megan, hoy toca trabajar los reflejos en tu cuerpo humano. Estoy seguro que sabes que para nosotros es importante estar atentos al momento que no estamos en cuatro patas. Aquí en el mesón-señalo-Tienes el mismo armamento, solo que en esta oportunidad tendrás que tirar al punto rojo y mientras tanto recibirás de mí y los muchachos de seguridad piedras ¿entendido?-explico.

-Fácil-dije segura, haciéndolo reír.

Después de aquella explicación Demiam y los de seguridad se posicionaron detrás de los tablones esperando a que yo comenzara a lanzar.

Quise ser un poco osada y lo primero que tome en esta oportunidad fue una pistola bastante pequeña, apuntando al primer punto rojo que tenía frente a mí.

Antes de dar el primer disparo siento como Demiam comenzaba a lanzarme las piedras para distraerme. Aquella acción para su mala suerte no tuvo éxito, debido a que comencé a disparar ignorando todas las piedras que estaba recibiendo en aquel momento.

Sentía como la adrenalina volvía a mi cuerpo, haciéndome sentir a gusto con lo que estaba haciendo. Había logrado dar diez disparos con aquella pequeña arma, dos en cada uno de los cinco puntos rojos. Automáticamente vi la sección de cuchillos pequeños donde rápidamente los tome haciendo tiros perfectos en los círculos dispuestos para mí.

De un momento a otro comenzaba a molestarme el recibir piedras mientras intentaba centrar perfectamente en esta oportunidad cuchillos medianos, iguales a los que había usado la última vez. Sentí como a unos metros de mi espalda había alguien y como si lo hubiese visto ocurrir, el otro chico de seguridad ya comenzaba a lanzarme más piedras de lo que esperaba.

Molestándome por lo incomodo del entrenamiento deje los cuchillos en el mesón y me di vuelta mirando al chico frente a mí, agarrando todas las piedras que él estaba lanzándome desde hace un rato hacia mi espalda, haciéndolo tan rápido que aún no lograba entender como había desarrollado tal capacidad. Después de aquel arrebato me acerque a él haciendo una rápida llave dejándolo tendido en el piso y en cuestión de segundos volviendo a estar detrás de la mesa lanzando finalmente los cinco cuchillos dispuestos para mí, aun recibiendo piedras de parte de Demiam y su gente.

El Trono de Queenstown © ✔ - Editando**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora