Demiam
Desde aquel día las cosas en mi vida habían dado un vuelco bastante grande. Resulto que el drama en aquel momento con la señorita Isabella había sido un total desastre. Al llegar a la mansión real, Demiam se estaba volviendo loco y hasta terminaron en una terrible discusión, donde por supuesto mi hermano también fue protagonista.
Ese día al llegar a mi casa les había comentado a mis padres sobre los éxitos y hasta les había soltado sin ningún tipo de anestesia sobre mi situación con las personas responsables de Queenstown, específicamente mi situación con nada más y nada menos que con el dueño y señor Demiam. Mentiría si mis padres no estaban tan preocupados como yo, esto sería una decisión que les cambiaría la vida también a ellos.
Desde entonces comencé a formar parte oficinalmente de las Guerreras del Alpha. Entrenábamos mañana y tarde para estar preparadas ante cualquier situación. Al igual que el resto de los chicos que habían quedado junto a nosotras. El trabajo para ellos era aún mas de compromiso acompañaban a la señorita Isabella a cualquier evento al que ella tuviera que asistir por su alta posición social, mientras que las chicas acompañaban a Demiam a las reuniones que habitualmente tenía con las personas responsables del resto de los pueblos que estaban cerca de Queenstown.
Para mi desgracia nunca fui parte de esos compromisos. Lo cual me hacía sentir completamente fuera de lugar solo me dedicaba a entrenar, convivir con las chicas y luego volver a casa. Era desesperante y más aún si yo había asumido el estar aquí como guerrera del Alpha y no como la muchacha que es más joven y tienen que proteger. Me parecía estúpido y aún más sintiéndome capaz de hacer cualquier cosa.
Actualmente era jueves por la noche y me encontraba en el jardín de la mansión real hablando con Madeline una de las chicas que también había estado conmigo en los entrenamientos. Estábamos sentadas en las habituales sillas que rodeaban el gran cenicero, hablando sobre el arduo entrenamiento que últimamente estábamos teniendo y ella contándome un poco sobre los viajes que habitualmente hacían al lado de Demiam. Decía que se trataba de entender un poco más lo que estar al lado del Alpha implica, todas de por sí ya sentían cierto aprecio por Demiam desde la primera vez que lo vieron en aquel entrenamiento pero actualmente ya lo respetaban y comprendían aún más.
El resto de las chicas ya se habían ido, tenían que pasar tiempo con sus familias. Al final del día Madeline y yo con mucha frecuencia terminábamos hablando y conociéndonos un poco más, éramos las más jóvenes y para mi era maravilloso tener a alguien con quien chismosear por ratos.
Por otro lado mi situación actual con Demiam era bastante extraña había pasado de ser una frecuente insistencia en convertirme en su luna a ser tratos bastante diplomáticos por mi posición en las Guerreras del Alpha. Cuestión que para mí estaba bastante bien porque no me veía siendo tan importante en la vida de un hombre como el, aun.
-¿Están ocupadas?-interrumpió Demiam, nuestra tan interesante conversación.
Opino, que tal vez el destino, solo tal vez, no está para nada a mi favor. Justo cuando había pensado que tenía una relación bastante extraña con el señor aquí presente, decide aparecer con sus grandes ojos azules, una camisa gris y un mono negro, bastante relajado para ser el Alpha de Queenstown de quien estamos hablando.
-Si bastante-solté fingiendo no estar interesada en su llegada.
-¿De que hablaban?-pregunto, sentándose en una de las sillas justo al frente de nosotras.
-De nada-dije odiosa-ya nos íbamos.
-No señorita, tú te quedas conmigo-comento picándome un ojo, sin importarle que Madeline estuviera junto a nosotros.
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El Trono de Queenstown © ✔ - Editando**
WerewolfHace algunos años mi familia comenzó a educarme sobre la existencia de creaturas sobrenaturales que también habitaban en el pueblo de Queenstown donde nuestros antepasados por seguridad a nuestra especie comenzaron hacer sus vidas, sobre todo porque...