Capitulo 23

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Un final inesperado

-No Demiam, gracias-dije continuando mi camino, saliendo de la oficina.

-Prometo que seremos solo tú y yo-soltó, siguiéndome- solo hoy, no vuelve a pasar.

-Bien pero solo hoy-lo apunte-sabes que estoy siempre aquí solo por el compromiso de mi trabajo.

-Perfecto ¿vamos?-pregunto, mirándome agradablemente con una sonrisa decorando su tan varonil rostro.

Aún era bastante temprano como para almorzar pero ya no podía hacer nada. Ridículamente había aceptado la invitación de Demiam que siendo muy sincera conmigo misma, se sentía bastante bien por el hecho de ver como hacia sus intentos para pasar tiempo conmigo nuevamente después de todo el cambio en nuestra relación. Yo no era estúpida y él estaba siendo muy obvio.

Tomamos camino hasta la cocina, la cual me sorprendió al verla por primera vez. Era realmente bonita y elegante. Al entrar en aquel lugar lo primero que vi fue la gran mesa de color marrón con ocho sillas decorando el gran lugar. Por otra parte tenia muchísimos armarios blancos donde imagino guardaban platos y cosas típicas que siempre hay en la cocina. En otra parte del lugar estaban los mesones igualmente blancos con reposadero de mármol blanco, haciendo que todo luciera aún más sofisticado. Siendo decorado con un gran candelabro dorado iluminando el lugar. Estaba en una especie de shock, odio cocinar pero con una cocina así, creo que hasta lo intentaría. Todo era tan blanco, tan limpio y perfecto que en serio podría convertirme en chef. Habían tres señoras vestidas con uniformes de chef bastante formales y una señora con ropa cómoda ayudándolas, imagino que era también de la familia de Demiam, viniendo a buscar algo de comida.

-Ven-escuche que me llamaron.

-¿Ah?-dije despistada.

-Ven para que las conozcas.

Acercándome apenada veo como las tres señoras se paran rígidas al frente de los mesones esperando por mí, mientras que la cuarta de ellas estaba junto a Demiam abrazándolo por la cintura maternalmente.

-Ellas son las chef de la mansión-indico, seguido de que ellas tendieran su mano educadamente para mí, las cuales acepte cortésmente-Y ella es Gloria la consentida de la casa, trabaja para nosotros desde hace quince años, es como una tía para Isabella y para mí-finalizo, besando el cabello de la señora.

Era bastante raro ver a Demiam ser tierno y delicado con alguien que no fuese su propia hermana. Dándome a entender que aquella señora era realmente de confianza para esta familia. Era realmente muy hermosa, tenía el cabello marrón bastante corto, era delgada, de piel blanca y con muchas pecas en el cuerpo. Vestía un cómodo conjunto deportivo, haciéndola lucir bastante despreocupada.

-Un placer, Megan-dije nerviosa.

-Igualmente bonita, Demiam habla mucho de ti-agrego sonriendo ampliamente.

-Me imagino-reí.

-Sí, tu sabes cómo son los hombres cuando están enamorados-dijo ella con toda la confianza que una persona podía irradiar-Ven-tendiéndome la mano sin darme tiempo de asimilar sus anteriores palabras, guiándome hasta la nevera-Esto lo hicimos ayer-enseñándome una espectacular torta cubierta de chocolate-quiero creer que quedo divina ¿Quieres?-me ofreció.

-Claro-acepte gustosa-se ve divina.

-Mi niño-le dijo a Demiam-siéntense, yo los atiendo-señalando la mesa.

Mientras me acercaba a Demiam bastante callada, él se permite guiarme a la gran mesa. Abriendo una silla para mí y sentándose justo a mi lado.

-Ella es demasiado especial-dijo de repente.

El Trono de Queenstown © ✔ - Editando**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora