Voz de ángel

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Un pelinegro abrió sus ojos lentamente encontrándose con algo encima de él, sentía como si el peso le cortara su respiración y al ver quien se encontraba sobre él, provoco que sonriera.

—Es hora de levantarme pequeño Kookie—. Acarició el pelaje del cachorro, quitándolo de encima.

Se levantó perezoso hasta el baño, donde se mojo la cara y los dientes para despertarse.

Se miró en el espejo y era un desastre, tenía el cabello muy alborotado, tenía lagañas en los ojos, sus labios secos y sus ojos mas chicos de lo normal.

—Si que soy feo—. Rió empezando a lavarse la cara, seguido los dientes.

Salio del baño para ir por la comida de Kookie y servirle su desayuno, el cuál se restregaba en él agradecido.
Lo dejo un momento para dirigirse a la cocina y prepararse un Omelet, con un poco de remen del día anterior y saco jugo de naranja.

Encendió la televisión mientras desayunaba, lo primero que estaba eran las noticias, no era fanático de ver el noticiero pero no estaba poniendo atención en eso, así que no le importo.

"El CEO de una de las empresas mas reconocidas de Corea, acaba de dar un discurso, el señor Park"

"Disculpe tengo una pregunta para el señor Park (habló una reportera) Se han esparcido muchos rumores acerca de la relación que tienen sus empleados hacia usted ¿qué nos podría decir de eso?"

"Es obvio que las empresas competidoras quieren arruinarme, pero espero que sus comentarios no fiables, lleguen mas lejos, yo podría decir que trato amablemente a mis empleados siempre y cuando trabajen, hasta ahí, trato de no involucrarme con ellos mas que para relaciones de trabajo, eso es todo"

El pelinegro sintió enojo al ver las mentiras de Jimmin.
Kookie al ver la televisión donde se mostraba al pelirrojo comenzó a ladrar, a lo que Jungkook rió.

—Tranquilo ya no me hará daño.

Pero no estaba completamente seguro de ello, ya que Jimmin sabía donde vivía y no solo eso, sino que se atrevió a intentar violarlo.

Tenía miedo sobre todo porque conoció el lado posesivo de él, y temía a que regresara para vengarse o querer hacerle daño a Yugyeom, eso no se lo perdonaría, sabía que debía tener cuidado.

(...)

Jimmin se encontraba en su lujosa mansión, desabrocho su corbata y se quito el saco, sentándose en su sillón.

—Señor Park—. Se presento haciendo reverencia su mayordomo y el pelirrojo le indico que entrara.

—Acaba de llegar su pedido.

Seré Yo (Vkook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora