7. Locura

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No podía explicar la expresión de Peter cuando hice esa pregunta, me dio hasta miedo su reacción, jamás lo había visto así.

—Peter... —su mandíbula estaba tensa y no dejaba de verme. Su mirada era profunda que podía penetrar te.

—¿De donde escuchaste ese nombre? —dijo con molestia.

Hablaba como si estuviera con algún enemigo; frío y sin ninguna pizca de humor en si rostro.

El dulce y comprensible Peter se había ido.

—Yo...

—_____ —agarró mi mano— ¿En donde lo escuchaste?

Tragué saliva.

—U-u-unos niños perdidos la mencionaron —mentí

—¿Quiénes? —dijo con el mismo tono frío y apretó mas mi mano

—No se, no les vi la cara.

Él se levantó. Sus manos formaban puños, haciendo que las venas de sus brazos se marcarán. Ahora me arrepiento un poco de haber preguntado, pero tenía que saber y en cualquier momento me iba a enterar, y él igual se iba a enterar de lo que hice.

Me levanté y fui hacia él, pasé mi mano por su brazo hasta llegar a su mano. Aun tenía la misma expresión.

—¿Qué escuchaste de ella? —soltó de repente.

—Solo que estuvo en la isla.

Me agarró de los hombros e hizo que me sentara en el borde de la cama. Aun con sus manos en mis hombros, me miró y dijo:

—Si, ella vino a la isla, perdón por no decirte cuando me preguntas te si habían venido mas chicas. Pero —se agachó para quedar a la altura que yo, sus manos bajaron hacia las mías— quiero que sepas, no importa que, ninguna se compara a ti. No tienes que preocuparte por ella, ya no esta desde hace mucho tiempo.

Si, claro. Ya no esta.

—No son celos, si es que te lo preguntabas.  Es solo curiosidad.

—Solo no vuelvas a hablar de ella ¿si? —dijo con su rostro un poco relajó y mientras acariciaba el nudillo de mis manos con su pulgar.

—Esta bien.

Se levantó y beso mi frente, para después abrazarme.

—Hay que dormir, princesa.

Asenti y nos acostamos para dormir, Peter me atrajo a su cuerpo dejando mi cabeza apoyada en su pecho. Su respiración era tranquila y me relajaba.

—¿Por que actuaste... raro hace rato?

Sabia que iba a preguntar eso.

—Recorde lo que te había contando, lo que paso con Kiara.

—No fue tu culpa, ____. No sabias controlar tu magia a esa edad.

—Lo se, pero igual, sigue doliendo.

Me beso y al poco tiempo, terminé dormida en sus brazos.

Fue una de las peores noches que tuve en mi vida. Era una pesadilla constante y que no tenía planeado dejarme dormir. Me pasé toda la noche en despierta, observando a Peter dormir. Era lo único que podía hacer. Mis párpados eran pesados y lo que mas deseaba era cerrarlo, pero sabia que si los cerraba esa pesadilla volvería a aparecer en mi mente.

Los siguientes días fueron iguales, tenia una ojeras notables desde kilómetros de distancia y estaba cansada todo el tiempo. Discutía con Peter muy seguido, aunque él se preocupaba por mi, yo me enojaba y eso hacia que él también lo hiciera.

Brooke volvió a desaparecer, lo cual no era bueno.

La mayoría de los niños perdidos se habían ido. Estaba sentada, recargada en un árbol, tratando de seguir despierta, que se me hacia muy complicado.

—_____

—Hola Michael —dije con la poca energía que tenía. —¿Dónde esta Caleb?

—Fue con otros niños a jugar —él pequeño hacia un hueco en la tierra con su zapato, se veía un poco triste— ya casi no me habla.

La forma en la que dijo lo último me dolió. Michael no era así, él siempre se la pasaba jugando con Caleb y disfrutaban haciéndole la vida imposible a los demás niños, en especial a Tommy. Y ahora hablaba sin esa pizca de diversión y felicidad en sus ojos.

—Ven —le hice una señal para que se acercara y pudiera cargarlo—. No te sientas mal, Caleb aun te quiere. Eres su hermano.

—Pero él ya no quiere hablarme.

Le di un abrazo, el cual aceptó.

—Si quieres un amigo, yo estoy aquí. Al igual que a ti me gusta hacer bromas.

—¿En serio? —dijo con un poco de ánimos.

—Si. Ahora, que te parece si le lanzamos unas manzana a Tommy.

Él me mostró una gran sonrisa  asintio, ese brillo en sus ojos volvió. 

—Antes, ¿puedo preguntarte algo? —dijo con pena.

—Si, ¿Qué cosa?

—¿Tú y Pan terminaron?

E de admitir que su pregunta me tomo por sorpresa. Me puse un poco nerviosa. Él y yo habíamos peleado pero nunca terminamos, aunque parecía era que si.

—No, solo tuvimos un pequeño problema y peleamos pero no terminamos.

—Mis papás si lo hicieron, y a Caleb y a mi ya no nos hacían caso.

—Eso no va a pasar, Mike. Lo prometo.

Acaricie su caballo, despeinandolo un poco, y le bese la frente.

—Una cosa más —me vio directo a los ojos— ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué la mataste?

—¿Q-q-ué?

—¿Por qué ____?

Mi mente. Otra vez estaba jugando conmigo. Michael seguí preguntándome lo mismo y yo me tapaba los oídos.

—¡Tú la mataste! Tú eres la culpable.

—P-perd-don. No qui-s-se h-hacerlo.

—_____ —alce mi vista— ¿Estas bien? ¿Qué paso? —Tommy estaba arrodillado enfrente de mi y Michael a lado de él. Él pequeño me veo con miedo y preocupación.

—S-si. Yo...

—¿Te llevo a tu cabaña?

—No, yo puedo.

Me levante y fui, corriendo, a la cabaña. Estoy enloqueciendo completamente, ya ni siquiera se lo que veo o escucho lo provoca Brooke o yo.



A verdad, no se esperaban otro capítulo.

Mi Lindo Idiota De Neverland | Robbie Kay/Peter Pan & TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora