Llega la nueva vida

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Las dos hermanas, se encontraban extremadamente nerviosas dentro del taxi de camino al hospital. Estaban reviviendo la misma situación, que hace un año y tres meses atrás vivieron con Dea, pero con papeles invertidos. Ella también comenzó su labor de parto fuera de su casa. En una cafetería, más bien.

-¡Respira, hermanita! ¡Respira!-

Indicaba la hechicera a su hermana, como debía hacerlo.

-Estoy respirando y no sirve de nada- contestó ella -¡No lo haré! ¡Me veo ridícula haciéndolo!-

Sentenció, un poco incómoda, ya que los dolores habían diezmado.

-Explícame, tú eres la bióloga aquí ¿Cómo puede ser que se haya adelantado la fecha de parto, dos semanas?- desvío la mirada, para no contestar -¡Oh! ¡No! Vas a tener que decírmelo, no vas a evadir mi pregunta- exigió con la mirada fija.

-Bien, te lo diré. Pero por favor, evita enojarme, no quiero que invoques un Giga Slave por esto- ella asintió, levantando una mano como juramento -Me atacaron en un callejón con un cuchillo, mientras me dirigía hacía el parque. El susto del momento, seguramente, hizo adelantar la fecha de parto- contó sin mirarla. Sabía lo que se venía.

-¿¡QUÉ!? ¿¡QUIÉN FUE!?- gritó furiosa. La alquimista, la miró, severa -No estoy enojada- mencionó, falsamente, parpadeando varias veces y suspirando -¿Quién te atacó, hermanita?- preguntó con voz de seda.

-Una cazadora llamada Megan- dijo, simplemente.

-¿Quiénes es esa? ¿Y qué tiene que ver contigo?-

-Conmigo, nada. Pero es una exnovia de Keilot, que hoy deje en vergüenza en público- rió ante el recuerdo -Creo que por eso me atacó, la maldita- agregó con ironía al relato.

-¡La mataré! ¿Cómo se atreve atacarte en este estado? Se aprovechó, porque no puedes usar tu alquimia- exclamó indignada, hacia el infortunio de su hermana -¡Voy a invocar un Drag Slave para matarla mil veces!- expresó, colérica -Tienes que decirle a Keilot sobre esto-

-No Dea, no- respondió con dolor -Él no tiene que saber esto. Yo me encargaré de ella, después de salir del hospital. Prométeme que no le dirás, por favor-

Suplicó con su típica mirada manipuladora.

-Está bien...Lo prometo, no le diré. Pero cuando la vea ,voy a darle una lección, ¿Dime como es?- aseguró llena de rabia.

-Es un trato justo- harían un intercambio -Ella es delgada, alta, pelo negro y ojos azules. Nada que no hayamos visto antes- movió sus manos con desinterés -La reconocerás enseguida, viste de cazadora. Vengate por mí-

Rogó, aferrando sus manos, al volver los dolores.

-Eso haré, hermanita. Le enseñaré quienes son Dea Fleming y Gaia Curtis- rieron por la locura que compartían -Ya casi llegamos, aguanta un poco más- ella, asintió.

-¿Se lo dijiste?- Su hermana la miró sin comprender -¿Le dijiste la verdad a Lai?-

-Si- respondió, desviando la mirada.

-¿Y qué te dijo?-

-Después de recomponerse del shock inicial- tragó el nudo de su garganta -Me dijo que me estaba comportando como una maldita. Una cosa era dejarlo y abandonarlo con el corazón roto, cuando me fui de la Torre. Pero otra muy distinta, era llevarme a su hija y negarle su existencia- una lágrima rodó por su mejilla -Lo logré, al fin me odia-

-Él no te odia- le secó la lágrima con su dedo índice -Si te odiara, no te miraría como lo hace. Es difícil odiar a la mujer que reflejan sus ojos, solamente, está dolido- ella siempre sabía que decir -Cuando todo esto pase, van a poder hablar con calma y solucionar lo de Eyra-

Simplemente Magia O Puramente AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora