Revelaciones

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-¡MAESTRO HARTIA!-

Corrió con lágrimas en los ojos, hacia su antiguo maestro de hechicería, para abrazarlo.

-¡Dea! ¡Mi pequeña hechicera! ¡Que sorpresa! ¿Qué estás haciendo aquí?-

La apartó de él para mirarla, siempre fue tan hermosa. No podía creer que despues de dos años, la volvería a ver. La amaba tanto como si fuera su padre y la extrañó horrores cuando se alejó de él.

-Estoy tan feliz de verlo. Tengo tanto que contarle, maestro. Pero en realidad, vine aquí, para pedirle ayuda-

Su maestro, la observó extraño, ella nunca antes le había pedido ayuda. Seguramente, era algo peligroso y que no podía manejar por si sola.

-¿Qué sucede?- Preguntó, preocupado.

-Drago un demonio, el hijo de Golum, precisamente, está buscando venganza y quiere matar a mi hija- contó tranquila a su maestro -Hizo que su sirviente la secuestrara, junto con la hija de mi hermana. Para traerlas aquí, a Keisalhima- él la miró abrumado -Pero creemos que a mi sobrina, la quiere un grupo de cazadores para vengarse de su padre-

-Comprendo. No han pensado que, ¿Podría ser la misma persona con el alma del demonio en su interior?- ella asintió.

-Si, maestro. También hemos pensado en esa posibilidad. Por eso creemos que se las llevaron juntas- aseguró -Además Eyra, mi hija, es la nueva vidente que está buscando la torre-

-¿Qué? ¿Cómo es eso posible? Pensé que el padre de esa niña era un simple mortal-

Perdió el color de golpe, tenía que decirle la verdad a su maestro y eso no sería bueno. Estaba segura que él mataría al vidente.

-En realidad no, maestro. El padre de mi hija es...- tragó saliva, nerviosa -Lai-

Cerró un ojo, mientras retorcía sus manos, esperando el regaño.

-Lo mataré...- murmuró con ojos sombríos.

Lai era unos cinco años menor que él y además, lo consideraba su amigo, ¿Cómo tuvo la osadía de hacerle una cosa así a su pequeña discípula?

-Maestro Hartia, no por favor- habló seria, aunque moría de nervios por dentro -Él no sabía de la existencia de Eyra, hasta que llegó a Amestris. Es un buen padre y ya pasó mucho tiempo como para que usted, quiera vengar mi honor-

Intervino, para evitar la posible furia de su antiguo tutor.

-Si, lo sé. Lo siento, pero no puedo evitar verte como mi pequeña niña de diez años. Aunque ya eres toda una mujer, no puedo hacerlo todavía- ella sonrió con nostalgia -Ahora dime, ¿Cómo puede ayudarte?-

Ambos caminaron hacia el jardín de la torre, para poder conversar mejor. Dos hombres altos y de cabellos oscuros, se acercaron a ellos, eran Keilot y Lai que los encontraron en el jardín.

-Necesitamos información sobre dos armas mágicas, maestro ¿No es así, chicos?-

-Si, así es. Hola Hartia, me da gusto volver a verte- su amigo hechicero, lo observaba serio -Él es Keilot, el esposo de Gaia y un gran amigo mío-

Lo presentó para romper un poco la tensión entre ambos. Seguramente, Dea le había contado la relación entre él y su hija.

-Si, ya nos conocíamos- estrechó la mano del joven frente a él -Es un placer volver a verte, Keilot-

-Lo mismo digo, Hartia-

-Por cierto, ¿Dónde está la alquimista?- preguntó a todos - Pensé que también la conocería-

Simplemente Magia O Puramente AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora