Transmutaciones

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-¿Ya te vas?-

Preguntó asustado, ingresando a la habitación con una charola en las manos, mientras ella, se calzaba sus botas. Lo miró.

-No, solamente deseaba vestirme. No iba a estar toda la mañana desnuda, ¿No te parece, Lai?-

Sonrió, tomando asiento en una pequeña mesa en la habitación.

-Yo no tengo inconveniente con eso- se acercó a ella y besó su mejilla. Lo golpeó en el pecho -Siento estar tan paranoico. Es solo que, aún no puedo creer que estés aquí conmigo- tomó asiento delante de ella.

-Lo sé, Lai-

Sonrió tomando una pequeña tostada y una taza de té.
Él la miró extraño, ella tenía buen apetito cuando vivía en la Torre.

-¿Sólo comerás eso?- afirmó con un movimiento de cabeza.

-Si, no puedo comer harinas. Lo siento- él quedó con su tostada a medio camino de su boca - Desarrollé intolerancia a las harinas amestrisanas, después de que nació Eyra- explicó, simplemente -Si las ingiero en exceso, me hacen daño-

Le arrebató la tostada de las manos, como si fuera a matarla si la ingería.

-¡Dame eso!- se puso de pie, inmediatamente, llevándose la charola con él -Dime que es lo que quieres y te lo traeré- habló apresurado, dirigiéndose hacía la puerta -¿Fruta y jugo está bien?- preguntó.

Ella rió a carcajadas por la desesperación en él.

-¡Lai, vuelve aquí y siéntate!- le ordenó -Una tostada no me hará daño- explicó tranquila -Ven, siéntate a desayunar conmigo- sonrió.

Se removió incómodo y dubitativo, pero obedeció.

-Bien, pero solo una pequeña-

Dejó la charola en la mesa y le tendió una minúscula tostada, junto con una taza de té.

-¿En serio?- preguntó, examinando la tostada en sus manos y mirándolo irónica -¿Solamente me darás esto?- levantó su minúsculo desayuno hacia él.

-No me provoques, Dea. Estoy apunto de llevarme el desayuno de aquí. Cómete esa tostada y espero que la disfrutes- sonrió burlón con una taza de té cerca de sus labios.

-Eres un paranoico-

Huntó con mermelada su tostada y la metió a su boca, después.

-Por ti mi vida, lo que sea-

Le lanzó un besó seductor y ella rió por su locura.

-¿Quién eres? ¿Y que es lo que hiciste con Lai?-

Preguntó risueña y él, la observó embobado.

-Este es el Lai que tú no conoces, preciosa- se estiró y acarició su mejilla -El que esta loco por ti y el que ama con locura a la hija de ambos- ella bajó la mirada hacia su taza de té -El que promete que la encontrará, aunque tenga que remover cielo, mar y tierra para hacerlo-

Una pequeña lágrima se escapo de su ojo y él la secó con su pulgar.

-Hablando de eso...Las tienen un grupo de gitanos- sorbió su té con las manos temblorosas -El idiota de Dylan, me lo dijo- el hombre frente a ella, asintió.

Simplemente Magia O Puramente AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora