La tierra de la magia y la hechicería

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Habían llegado, finalmente, a Keisalhima. Estaban emocionados, ellos amaban esa tierra, sus historias de vida y todo lo que eran, comenzó allí.

-¿Cómo creen que esté Gaia?- pregunto a sus compañeros -Fue muy difícil convencerla para que se quedara en Trost. Todavía no lo entiendo, ¿Cómo pudiste hacerlo, Keilot? Luchó con uñas y dientes al tratar de venir aquí-

-Ojalá hubiera sido yo. El capitán Levi, a pesar de su tamaño, puede ser muy persuasivo-

-Eso es cierto. Ese enano, es muy inteligente, al igual que el otro mocoso. Aunque a este último, aún le falta mucha seguridad en sí mismo para explotar todo su poder de titán- aseguró el vidente.

-Es verdad, algún día crecerá y madurará. Así, como lo hicimos nosotros- finalizó ella.

Un silencio incómodo invadió a los presentes, que luego rompieron en un mar de carcajadas. Ninguno de ellos había madurado, todavía.

El más centrado y maduro de los tres, era Lai. Por otro lado, el comportamiento de la hechicera y el cazador, dejaban mucho que desear, ni hablar, el de la alquimista.

-No puedo creer lo que acabas de decir- el padre de su hija enjuagó una pequeña lágrima de risa -Todos sabemos quién es el más centrado de todos nosotros-

-Si, Gaia a veces y después sigues tú, Lai-

-¡Oye!- golpeó a su cuñado en la cabeza -Yo también soy madura, en ciertas ocasiones. Bueno, la mayor parte del tiempo lo soy- murmuró pensativa -Que no se te olvide que, crié a una pequeña hija prácticamente sola y que además, hice buenas inversiones para comprar nuestra pequeña casa. Por cierto, es donde estuvo viviendo Gaia cuando se separó de ti- aclaró, ofendida.

-Si, eso es cierto. Lo siento, a veces olvido cuanto has cambiado- sonrió, mirándola por el retrovisor -Lai, ¿A dónde vamos ahora?- preguntó a su amigo.

-A la Torre de los Colmillos. Las niñas están de camino a Taflem. El grupo de gitanos, se está dirigiendo allí-

-Es sorprendente. Desde que llegamos aquí, tus visiones se han vuelto cada vez más frecuentes- acotó él.

-Así es, esta es mi tierra, Keilot. Al igual que la tuya. Seguramente a ti te sucede algo similar, ¿No es así?-

-Si, es verdad. Pero no abandonaría Amestris por nada del mundo. Mi vida esta allí con Ivi y Gaia- la imagen de los amores de su vida, atravesaron su mente -Aunque mis raíces estén del otro lado del mar, no podría volver aquí jamás-

-Lo sabemos, Keilot. No tienes que decirlo- su cuñada apoyó una mano en el hombro de él -¿Saben?, extrañaba volver, yo pase diez años de mi vida aquí. Fue lo más parecido a un hogar para mí-

-Hartia te adora como si fuera tu padre. Lloró más que yo cuando decidiste marcharte- rió por el recuerdo de su amigo llorando -Una parte de su corazón se fue contigo- miró a la madre de su hija con nostalgia.

-Lo sé, siempre me lo dice en sus cartas. Estará feliz cuando me vuelva a ver. Además, quiero que conozca a Eyra cuando la encontremos, al igual que Eris- respondió.

-Así será, preciosa-

Las horas habían pasado y los viajeros, iban andando por el camino hacia la ciudad de Taflem. Hasta que el cazador, detuvo el auto sin previo aviso.

-Keilot, ¿Qué sucede?- preguntó ella en estado de alerta.

-No hagan ruido. Algo está observándonos - miró a su alrededor -En aquella dirección- señaló a la derecha.

-¿Cómo puede saberlo?- murmuró de nuevo, por lo bajo.

-Es un cazador. Ellos pueden sentir la presencia de monstruos y demonios a largas distancias- explicó -Sin mencionar, que él es un alfa- indicó el otro hombre.

Simplemente Magia O Puramente AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora