El rescate

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Tres días habían pasado desde que abandonaron la ciudad de Trost y a sus recientes amigos. Estaban preocupados, seguramente sus hijas, ya habían llegado a Keisalhima.

-Ya llegaron- mencionó Lai, preso de una visión -No corren peligro. El jefe de Megan no ha aparecido aún- sus ojos estaban en blanco, literalmente -Los gitanos están organizando un teatro andante, como hace dos años atrás. Eyra está junto a Ivi, la nodriza las está cuidando en este momento- volvió a la realidad.

Ambas hermanas suspiraron de alivio. Tenían tiempo y eso las tranquilizaba.

-Están a salvo- murmuró la madre de su hija -Aún hay tiempo de encontrarlas-

Sonrió, tomando la mano de su hermana.

-Si, es un alivió- pronunció tranquila -¡Oigan! Hay algo extraño en toda esta situación, ¿No creen?- mencionó a todos, un poco perdida.

-¿A que te refieres, bonita?-

Preguntó su esposo mirando al frente, mientras conducía.

-Estamos más allá de las murallas. Por consiguiente, nos encontramos en el territorio de los titanes- mencionó -Hace tres días que estamos viajando y no nos hemos cruzado con ninguno de ellos, en kilómetros a la redonda-

-Eso es cierto- respondió su hermana, mirando a su alrededor -Parece que han desaparecido. Según Eren, últimamente, han vuelto a resurgir en gran cantidad- pensó un momento y miró al padre de su hija -Ellos tienen la habilidad de rastrear a los humanos, es extraño. Tú no tienes nada que ver, ¿Verdad, Lai?-

-No comprendo...- volteó, mirándola -¿Qué tiene que ver esto conmigo?-

-Pues, tú tienes la habilidad de esconder a las personas. Puedes bloquear su potencial mágico o lo que sea que posean, ¿Quizás tú?- El negó, rotundamente.

-No, preciosa. Esta vez yo no tengo nada que ver en esto- contestó sonriendo -Keilot, los titanes en estado salvaje actúan igual que algunos monstruos, ¿Qué creés que está pasando?- su amigo lo observó de reojo.

-No estoy seguro. Pero puede ser que, están agrupados en otro sitio- aclaró -Lejos de nosotros, asechando a otras presas- miró por el retrovisor.

-Eso tiene mucho sentido- indicó.

-¿Qué demonios?-

Preguntó el conductor, mirando por el retrovisor. Detuvo el auto de golpe y miró hacia atrás, al igual que sus compañeros. No podían creer lo que veían sus ojos. A unos kilómetros de ellos, un enorme titán de aproximadamente quince metros, con otro más pequeño en su hombro, corría en dirección a ellos con un grupo de titanes, persiguiendolo, al igual que el escuadrón de reconocimientos a caballo.

-¿¡QUÉ CREÉS QUE HACES, KEILOT!?- gritó histérica su esposa, abrazando al cachorro en su regazo-¡ACELERA!-

Él seguía el shock, no reaccionaba.

-¡LAI! ¡ESCONDENOS!-

Habló en el mismo tono que su hermana. No sabían que hacer.

-¡NO PUEDO HACERLO!- respondió -¡ESTÁN MUY CERCA!-

-¡SUFICIENTE!- Exclamó la alquimista, presa del pánico -¡NO PIENSO MORIR AQUÍ!-

Bajó del auto con un plan descabellado en su cabeza. No quería morir devorada y mucho menos, aplastada por un titán.

-¡GAIA! ¿A DÓNDE VAS? ¿QUÉ PIENSAS HACER?- la siguió fuera.

-Voy a sobrevivir y ustedes también- respondió mirando al horizonte - Tú y yo, somos lo suficientemente fuertes para evitar morir aquí- volteó hacia su hermana -Nos encerraré a todos en una cúpula de alquimia y tú, pondrás un escudo protector sobre ella, ¿Podrás hacerlo?-

Simplemente Magia O Puramente AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora