Alejarse para sobrevivir

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El capitán y la alquimista, iban andando a caballo en dirección al cuartel.

- Sabés, Levi...Tu caballo me dijo que le agrado- él la miró de reojo.

-No me extraña- respondió, indiferente -Apuesto a que te gustan más los animales que los humanos-

-Así es, en eso consiste ser una alquimista hiladora de vidas. Soy la que se encarga de los animales cuando enferman en Dublith-

-¿Puedes hacer lo mismo con otros seres vivos? Como titanes, por ejemplo- preguntó interesado.

-Supongo que si. Pero como los animales no hablan, me llevo mejor con ellos- afirmó con emoción -Menos con los gatos, ellos detestan a Calep-

-¿Calep? ¿Quién es? ¿Tu otro hijo?-

-Prácticamente. Llegó a mi vida antes que Ivi- él la miró horrorizado y ella rió con ganas -Calep es un ave, una muy extraña, es endémica de Keisalhima. Se conocen como aves arcoiris de la luna. Keilot lo compró para mí, cuando él me eligió en una tienda-

Respondió con su alegre tono como de costumbre.

-Ya veo- acotó indiferente -El cazador, tu esposo, se preocupa mucho por ti, ¿No es así?-

-Si, así es. Aunque no estamos pasando un buen momento por lo de nuestra hija, siempre está al pendiente de mí- aseguró -Estuvo a punto de morir por protegerme, muchas veces y estoy segura que, lo haría de nuevo- respondió con su semblante serio -Tanto por mi, como por nuestra hija. Él siempre dice que nació para salvarme-

-Lo noté cuando vino a buscarme anoche. Su mirada era de desesperación, aunque lo disimulara, se podía ver el pánico en sus ojos- afirmó.

-Puedo imaginármelo, ¿Tú nunca has sentido eso por alguien?- Cuestionó interesada -No quiero ofenderte. Es sólo que, eres una persona tan centrado en ti mismo, que no te imagino en esa condición-

-Sólo una vez y fue hace mucho tiempo- el recuerdo fugaz de la muerte de sus dos únicos amigos, volvió a su mente -Pero me obligué a no sentir de nuevo- aseguró firme -Así sobreviviré un día más-

-Eso... Eso es horrible, ¿Cómo puedes hacerte algo como eso?- Lo abrazó con fuerza, ocultando su rostro en la espalda de él -Eso es lo que nos hace humanos-

Se lamentó por la dureza en el alma y el corazón del sujeto frente a ella. El capitán, se sintió extraño, nadie lo había abrazado así antes.

-Gaia, ¿Te sientes mal? ¿Por qué estás haciendo eso?- preguntó extrañado -Podemos detenernos-

-Todos necesitamos un abrazo de vez en cuando, Capitán. Sirve para diezmar el dolor en el alma y para juntar todas nuestras partes rotas- habló con voz apagada -Como usted no abraza a nadie, yo lo hago por usted-

Levantó su ahora, azulina mirada hacia él y sonrió triste. El hombre con ella, le acarició la cabeza, como si se tratara de una pequeña niña. Gaia bajó del caballo rápidamente y se introdujo a paso veloz al cuartel, sin despedirse de él. Ya habían llegado.

-Pequeña alquimista emocional- expresó mirándola -Tengo que alejarme de ti, antes de que ocurra lo peor-

Ella se parecía tanto a Isabel, que con sólo mirarla, era como si estuviera viva de nuevo. No se parecían en nada, físicamente, pero sí en espíritu. También le recordaba mucho a su madre.

Un chico de hermosos ojos azules con destellos verdes, buscaba desesperado a la hechicera que invadía sus pensamientos en los últimos días. Hasta que chocó con alguien.

-Eren- mencionó alegre -¿Dónde vas?- preguntó su hermana adoptiva.

-Estoy buscando a Dea, ¿La has visto?- la cara de ella, se descompuso.

Simplemente Magia O Puramente AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora